
Gasto en salud de hogares mexicanos alcanza su nivel más alto desde 2016
- Fernanda Medina González
- 31 julio, 2025
- Nacional e Internacional
- Gastos de salud, hogares mexicanos, México, Salud
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Ciudad de México.- Durante 2024, los hogares mexicanos destinaron en promedio mil 605 pesos trimestrales a gastos en salud, la cifra más alta registrada desde 2016, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este monto supera incluso al reportado en 2020, año marcado por la pandemia de COVID-19, cuando el gasto promedio fue de mil 595 pesos.
El incremento representa un aumento del 8% respecto a 2022, cuando el gasto promedio fue de mil 487 pesos. Expertos en salud y finanzas públicas advierten que esta tendencia refleja una creciente presión sobre las familias para cubrir servicios médicos que el sistema público no logra atender.
Alejandro Macías, infectólogo y excomisionado contra la influenza en 2009, consideró que este fenómeno era previsible tras la desaparición del Seguro Popular.
“Desde entonces no tenemos una institución que haya suplido esa cobertura”, señaló. En su opinión, esto ha obligado a la población a recurrir a los consultorios de farmacias, donde la atención es más accesible y rápida, aunque limitada.
“No puedes culpar a la gente por acudir a estos servicios. Necesitan atención inmediata, pero los servicios privados no pueden cubrir atenciones complejas, como una cirugía, que puede alcanzar hasta 200 mil pesos, y llevar a las familias a gastos catastróficos”, advirtió Macías.
Ante este escenario, el especialista llamó a incrementar el presupuesto del sector salud para garantizar infraestructura, personal médico y acceso universal a los servicios.
Por su parte, Judith Senyacen Méndez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó que la compra de medicamentos representa el mayor gasto de salud para los hogares, especialmente entre los de menores ingresos.
“México se ha convertido en un país donde las farmacias están llenas, tanto para consultas como para adquirir medicamentos. Eso refleja las carencias del sistema público”, dijo.
Según Méndez, esta situación obliga a muchas familias a centrarse únicamente en aliviar síntomas momentáneos, dejando de lado tratamientos para enfermedades crónicas o costosas que requieren especialistas.
La investigadora subrayó que, además de aumentar la inversión pública en salud, una alternativa podría ser la implementación de un esquema de co-pago, similar al que se aplicó en Colombia.
“Allí, se aliaron con farmacias y el sector privado para reducir el gasto de bolsillo: el gobierno asumía parte del costo de los medicamentos y el usuario pagaba la diferencia”, explicó.
Ambos especialistas coincidieron en que el gasto creciente de los hogares en salud no solo es un síntoma de un sistema debilitado, sino también un riesgo estructural para la economía familiar si no se toman medidas urgentes para garantizar el derecho a la salud.