
EMERGENCIAS Y URGENCIAS 58
- Daniel Valdez García
- 4 marzo, 2025
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4 de marzo de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas,
Hoy celebramos el martes de la séptima semana del tiempo ordinario, y finalizamos nuestra reflexión número 58, titulada “Emergencias y Urgencias”. Mañana, con el inicio del Miércoles de Ceniza, emprendemos un camino de sanación. Todos llevamos nuestras propias heridas, y es importante recordar la sabiduría de Santo Tomás de Aquino: “la gracia supone la naturaleza, no la elimina sino que la perfecciona” (Summa Theologiae, I-II, q. 94, a. 6, ad 2).
Conectar la Palabra de Dios con nuestras vidas diarias nos permite mantenernos firmes en el mundo real al mismo tiempo que aspiramos a lo divino. Porque, como nos dice 1 Corintios 15:42-58, en este cuerpo y con nuestra experiencia de vida encontramos la salvación. En un mundo que a veces parece enfermo y perdido, Dios nos llama a ser sanos y santos.
Del Evangelio según Marcos (10:28-31), Pedro comenta a Jesús: «Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte». Jesús le asegura: «Quien haya dejado familia o posesiones por mí y por el Evangelio recibirá ahora cien veces más en este tiempo, aunque con persecuciones, y en la vida futura la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros».
Los apóstoles sacrificaron todo. Ese “todo” puede verse de dos maneras. Primero, lo que poseían: en Galilea, vivían con muy poco. Mateo, el publicano, quizás tenía algo más, pero probablemente su “todo” aún era limitado. Lo poco que poseían les daba seguridad y sentido de pertenencia. Dejarlo fue un acto de gran valor y de confianza en el mensaje de Jesús.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos recuerda que estar sano no es solo la ausencia de enfermedad, sino sentir bienestar y ser capaces de vivir con autonomía. La vida nos lleva por ciclos naturales: nacer, crecer, reproducirse y envejecer. Enfermar es parte de este ciclo, un proceso de aprendizaje que nos enseña sobre las enfermedades y nuestros cuerpos.
En el transcurso de la vida, enfrentamos enfermedades causadas por virus y bacterias. Cuanto más aprendemos, mejor podemos enfrentarlas. Como decía Hipócrates: «Que tu comida sea tu medicina, para que tu medicina no sea tu comida».
Cuando enfrentamos problemas de salud, debemos reconocer nuestras fortalezas y agradecer a quienes nos han ayudado. Estar enfermo es simplemente parte de vivir. Es importante agradecer a Dios por lo que hemos dejado y a los demás por su apoyo.
Las personas vulneradas en su salud hacen un recuento de los hechos y tienen presente lo que han hecho por los demás; otras personas se acarician en su enfermedad y abusan de los demás. Que bien nos va tener en cuenta que estar enfermo no es nada malo, es parte de la vida. Estar vivo es estar expuesto a que nuestra cuerpo se averíe o se estropee en algún momento y necesitemos ayuda para repararlo. También significa que aprendemos que no nos gusta estar mal y que podemos y debemos ayudar a nuestro organismo a encontrarse lo mejor posible.
Muchas veces ante la enfermedad nos damos cuenta de todo lo que hemos dejado y nos hace tener expectativas respeto a los demás, otros abusan de la compasión de otros y desean que se les ayude en todo. Nada hay como ser funcional, demos gracias a Dios por lo que hemos dejado, y demos gracias a los demás por lo que hacen por nosotros.
Amén, amén, Santísima Trinidad.