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EMERGENCIAS Y URGENCIAS 50
- Daniel Valdez García
- 24 febrero, 2025
- Columnas
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24 de febrero de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas,
La relación entre Jesucristo, la medicina y la comunidad cristiana primitiva es un tema muy interesante. Aunque San Lucas era médico (Col 4, 14) y narró enfermedades y curaciones milagrosas, los médicos no fueron muy apreciados durante casi 200 años. Con la aceptación del cristianismo bajo el emperador Constantino, la mayoría de los pensadores cristianos empezaron a recomendar el uso de médicos para tratar a los enfermos. En el año 309, Eusebio fue el primer médico en ser nombrado Sumo Pontífice, dando a la medicina un reconocimiento justo, cuando antes se consideraba algo pagano.
Hoy nos centraremos en el Evangelio según San Marcos 9, 14-29: En aquel tiempo, cuando Jesús descendió del monte, vio a sus discípulos rodeados de gente y en discusión con algunos escribas. Al ver a Jesús, la multitud se impresionó y corrió a saludarle. Él les preguntó de qué discutían, y un hombre entre la multitud respondió que había traído a su hijo poseído por un espíritu que lo impedía hablar; había pedido a sus discípulos que expulsaran el espíritu, pero no lo lograron.
Jesús, molesto por su falta de fe, pidió que le llevaran al muchacho. Cuando el espíritu vio a Jesús, comenzó a convulsionar al joven. Preguntado sobre cuánto tiempo llevaba así, el padre respondió que desde pequeño, pidiendo compasión a Jesús. Jesús respondió que todo es posible para quien tiene fe. El padre, llorando, pidió ayuda para tener más fe. Jesús, ante la multitud, reprendió al espíritu y lo expulsó del joven, quien cayó como muerto. Jesús lo levantó, y el muchacho se puso de pie.
Luego, en privado, los discípulos preguntaron por qué no pudieron expulsar al espíritu. Jesús explicó que esa clase de demonios solo sale con oración y ayuno.
Los discípulos, aún inmaduros, no pudieron sanar al joven, considerado “endemoniado”. Jesús intervino y reprochó su falta de confianza en el poder divino. El milagro se realizó cuando el padre expresó su fe, mostrando que con fe, los milagros son posibles. Así, el poder transformador de esta fe llega a nosotros a través de la sacramentalidad de la Iglesia.
La psiquiatría y el exorcismo colaboran en el tratamiento de problemas mentales y posesiones demoníacas. Por más de 100 años, la Iglesia ha confiado los casos de crisis epilépticas a los exorcistas.
¿Está una persona que oye voces, ve objetos inexistentes, habla en lenguas extrañas y rechaza imágenes religiosas poseída por un espíritu maligno o sufre una alteración mental? Esta pregunta afecta tanto a sacerdotes como a psiquiatras que trabajan juntos en estos casos.
El presidente de la Asociación Americana Psiquiátrica indica que cuando un caso presenta cuestiones de fe más allá de lo médico, se remite a sacerdotes, aceptando que los exorcismos son una forma de terapia.
El doctor Robert Gallagher, psiquiatra y profesor, señala que la apertura mental y la compasión son fundamentales en el tratamiento, cualidades compartidas con los exorcistas. La furia hacia objetos religiosos puede indicar actividad demoníaca o tener causas psíquicas. Es crucial que el psiquiatra evalúe cuidadosamente todos los síntomas.
En conclusión, para cualquier persona de ciencia o fe, no es posible ignorar a un alma atormentada.
Amén, amén, Santísima Trinidad.