SÓTANO UNO

·       La guerra que gana Trump

·       Colofón.- Lesly, otra víctima del transporte

·       La del estribo.- 108 años infernales

Raúl Mandujano Serrano. Periodista

La guerra que gana Trump.- Mientras degusta de su café americano sin azúcar, el periodista recuerda que previo al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Hitler firmó un decreto para judicializar la discriminación y la violencia. Por ello sus crímenes eran legales. ¿Recuerda usted las mediciones raciales? Bueno, formaban parte de las leyes de Núremberg, que se implementaron para determinar quiénes eran una raza superior y quiénes una inferior.

            Y Donald no es tan diferente a Hitler. Éste último creía que los “inferiores” eran la causa de los problemas en Alemania. Por ello clasificó a los ilegales inferiores en gitanos, discapacitados, testigos de Jehová, intelectuales y homosexuales (recuerde usted el reciente decreto en el que Trump solo reconoce la existencia de lo masculino y lo femenino).

            Desde que tomó protesta, Trump arremetió contra migrantes, mexicanos, venezolanos, colombianos, hondureños, salvadoreños, a quienes acusa de introducir el fentanilo. Quiere acabar con los cárteles a los que denominó “terroristas” para legalizar su ataque, como lo hizo Hitler, y a sus opositores les ha declarado una subliminal guerra comercial con la imposición de aranceles.

            En su guerra, Trump ha revelado que los cárteles se infiltraron en el gobierno. Lo sabe porque nos espía. Y aunque en México el paternalismo y populismo lo nieguen, las fuerzas armadas norteamericanas han realizado 18 vuelos con aviones espías sobre el suroeste y la península de Baja California para vigilar a los cárteles. Trump no dará tregua y, podríamos fingir que es insignificante y que el tipo está loco. Igual podemos sacar el nacionalismo del pecho pero, en un fondo muy superficial, los cárteles se protegen con las respuestas del gobierno. La guerra inició y la primera batalla la ganó el jetón de cabello injertado.

Lesly, otra víctima del transporte

Nunca ha sido grato para el periodista narrar crímenes contra inocentes. Mire Usted, Lesly Rosas, una joven de tan solo 22 años de edad, murió por la imprudencia de un chofer de la línea de transporte público CTTSA, que por cierto, tiene registros de atropellamientos, incluso a un agente vial y a una persona con discapacidad, pero la Secretaría de Movilidad sólo le retira la licencia a los conductores.

            Ella era una chica con sueños, egresada de la carrera de psicología y buscaba trabajo para ayudar a su familia que devastada exige justicia. Caray, comiencen a mirar la historia de las víctimas y dejen esas estupideces de “son accidentes de trabajo” o la sarta imbécil que quieran ponerle. Secretaría de Movilidad ¡muévanse! Fiscalía, aunque no sean peluqueros investiguen ¡carajo!

La del estribo.- 108 años infernales

¡Uy! Era un chamaco cuando mi padre me llevó al estadio. A la Bombonera. A la tribuna de Sol. ¡No manchen! Tanto grito y brincos hacían que se moviera el palco de cemento con una magnitud de 5.3 grados en la escala de Richter. Desde ahí comencé a amar a mis Diablos, que en ese tiempo estarían viviendo sus 60 años. Hoy cumplen 108 de existencia, de inundar de pasión a miles de personas y sus gargantas, de hacerlas enojar y frustrarlas, de ver nacer ídolos.

El estadio, en cuyas tribunas se consumen miles de litros de cerveza, refrescos, botanas y antojitos, y en su cancha se consumen goles, lesiones, victorias y derrotas, celebra con una noche de ídolos históricos, fuegos artificiales y las palabras de don Valentín Diez que dice que otros equipos quieren un campeonato, pero Toluca quiere uno, dos, tres, muchos campeonatos… Felicidades a mis rojos, a sus aficionados y a su historia. Hasta otro Sótano. Mi X @raulmandujano