MÚSICA SOLIDARIA POR NAVIDAD
- Jimena Bañuelos
- 9 diciembre, 2024
- Columnas
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Siempre se dice que diciembre es un mes mágico, quizás, ahora que la Navidad está más cerca y sus duendes andan por las calles ese espíritu se sienta mucho más. La verdad es que es una época en la que la sensibilidad está a flor de piel. Quizás ésta debiera estar presente todo el año, pero esa es otra cuestión. Si bien es cierto con este mes llegan las luces, los turrones, los villancicos y muchos conciertos solidarios para ayudar a quienes más lo necesitan.
El pasado jueves, víspera del puente de la Constitución y la Inmaculada, el Auditorio Nacional se llenó de magia, pero una magia especial porque la Orquesta Sinfónica de España, acompañada por el coro NOX, no tocó los tradicionales villancicos, transformaron grandes temas de la historia del pop español para cautivar a todo el público. Los encargados de llevar la batuta fueron Beatriz Fernández, César Guerrero y Juan Antonio Simarro a quien también vimos tocar el piano y ejercer de maestro de ceremonias. El fin era apoyar a las misiones salesianas, pero también disfrutar del momento. Ya dijo Oscar Wilde: “El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos”. Doy fe que vi caer alguna lagrimilla cuando Vicky Gastelo interpretó “Sólo pienso en ti”. También Conchita puso la carne de gallina a más de uno cuando nos recordó en “Por las veces” que tenemos que querernos más porque, sin duda, la vida es “el viaje” en el que vamos aprendiendo.
Los recuerdos vienen a la mente de muchas maneras y reconozco que cuando salió Marilia tras las primeras notas de “Cuando los sapos bailen flamenco” recordé muchos momentos que creía olvidados. “La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo” como aseguró Platón y el alma hay que cuidarlo. Por eso, ella con el público en pie, más o menos afinado, cantó “Amores de barra” y hay que reconocer que todos nos quitamos años de encima. Fue un momento mágico, pero es que estamos en el mes, como he dicho al principio, más mágico.
No fue magia sino una realidad que creía que no iba a ver en mi vida, pero todo es posible cuando los mejores aman su pasión. Ver a Bernardo de Los Refrescos con la Orquesta Sinfónica llama mucho la atención, lo mismo sucede con Fernando de Modestia Aparte. Ahora bien, si había que cantar “Aquí no hay playa”, el público no lo dudó. La dirección la hizo Simarro quien disfrutó como uno más. Bernardo apuntó que este tema cumple treinta y cinco años. Hay que reconocer que hubo algún suspiro, pero para eso estaba Fernando para recordarnos que los aniversarios son “Cosas de la Edad”. Otro clásico de nuestro pop que se escuchó y se cantó en el Auditorio.
La magia estaba en el ambiente y llegó a su apogeo cuando Kilema y Estíbaliz Martyn interpretaron “El sueño de Nirina”, un tema con mucha historia. Y también son historia de la música los Beatles y no faltaron para poner el broche final al concierto. La soprano acompañada por Litus interpretaron esta composición de Simarro con una maestría inigualable. Es cierto que todo concierto se merece unos bises y llegaron en forma de villancico con “Esta noche es Navidad” de Simarro. El público en pie, aplaudiendo con una sonrisa en la cara y feliz porque durante dos horas esa magia hizo olvidar la rutina del día a día.
La vida son momentos y la vida es lo que nos queda por vivir, seguro que nos brinda más recuerdos como el concierto del pasado jueves. Dijo Nietzsche que “sin la música la vida sería un error” y no seré yo quien le lleve la contraria.