VALENCIA

“El pueblo salva al pueblo”. Es una de las frases más repetidas tras la tragedia que se está viviendo en Valencia. Se cumplen dos semanas desde que el agua se llevara todo a su paso. Hay muchos afectados y, por desgracia, el número de víctimas supera las doscientas personas. A todos se nos ha encogido el corazón porque si las imágenes son desgarradoras, los testimonios lo son aún más. Afortunadamente el pueblo español se ha volcado con la región valenciana para brindarles toda su ayuda y apoyo. Pronto comenzaron los jóvenes a movilizarse, de la clase política mejor no hablar. Lo importante siempre es ayudar al prójimo y contra viento y marea, los españoles han demostrado esa generosidad que tanto nos caracteriza.

Los días van pasando y el lodo va cediendo ante la magnífica labor de los voluntarios y las Fuerzas Armadas. Todos se están volcando para que los daños, que son muchos, cedan a la esperanza de un futuro que siempre estará marcado por esa Dana. El tiempo no podrá borrar lo sucedido, porque cuando lo pierdes todo de repente eso deja una cicatriz que dolerá incluso después de recuperar la normalidad. Es cierto que la vida en un segundo te puede cambiar y aprender a reconducirla no es tarea fácil, pero la esperanza es una gran aliada. Afortunadamente, los valencianos no se han sentido solos porque el pueblo ha acudido desde el minuto uno a prestarles todo lo que necesiten. Habrá tiempo de depurar responsabilidades, pero está claro que esta “gota fría” ha marcado un punto de inflexión en la sociedad: Ha mostrado unos valores que se creían perdidos, ha mostrado a unos jóvenes entregados, ha mostrado la calaña de los políticos, ha mostrado que el periodismo tiene muchas carencias, en definitiva, ha mostrado muchas realidades que no se querían ver y que ya son evidentes.

Van pasando los días y ya se cumplen dos semanas de la catástrofe. Sin duda, queda mucho por hacer, pero lo importante es no bajar la guardia y seguir arropando a quienes lo han perdido todo y tienen que comenzar de cero. No puede caer en el olvido lo sucedido porque, aunque la vida continúa hay a quienes se les ha paralizado de repente y entre todos tenemos que volver a activar su motor.

“El pueblo salva al pueblo” es una gran verdad y los hechos hablan por sí solos. No hace falta hacerse una foto llena de lodo para inmortalizar y dar visibilidad de que se ha estado allí. La ayuda nace del corazón no de los ‘likes’ en las redes sociales. Éstas hay que reconocer que han ayudado a difundir los mensajes con las necesidades de los valencianos, pero no están para convertir el drama en una sonrisa impostada.

Precisamente, recuperar la sonrisa es lo que harán los valencianos. Tiempo al tiempo. No nos olvidemos que Valencia es la tierra de las flores, de la luz y del amor… Visca València