COP16 ¿Paz con la Naturaleza?

La respuesta es no. Cómo puede existir “Paz con la Naturaleza” si se ataca de todas las maneras posibles y para muestra, los bombardeos devastadores que se llevan a cabo en los países en guerra que no solo atentan contra la humanidad, sino también contra el territorio al destruir ecosistemas como ríos, lagos, bosques y animales. Además de las acciones cotidianas realizadas por las personas, que si bien pueden ser vistas como una afectación a menor escala, de igual manera son perjudiciales.

En este marco, es necesario hablar de la Conferencia de las Partes (COP), el espacio de discusión y negociación más importante del “Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas” (CDB), el cual busca promover medidas para un futuro sostenible, conservando la diversidad biológica en todos sus niveles. La COP del CBD está conformada por 196 países, quienes se reúnen cada 2 años para tomar decisiones sobre el funcionamiento, implementación y seguimiento de dicho convenio, el cual entró en vigor en diciembre de 1993, y hasta ahora, la COP ha celebrado 15 reuniones.

La edición 16 —COP16—, se lleva cabo del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali, Colombia. El objetivo principal es, detener la pérdida de biodiversidad en el mundo, impulsando estrategias para su conservación y restauración. La idea es tratar de buscar soluciones a problemas críticos del planeta bajo el lema “Paz con la Naturaleza”.

Sin embargo, el dinero destinado a la biodiversidad es escaso, en comparación con lo que se destina a otros temas ambientales. Desde hace años se habla de una brecha de por lo menos 700 mil millones de dólares entre lo que recibe la biodiversidad y lo que debería recibir. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), señala que no es únicamente por falta de recursos, sino como se utilizan, toda vez que el dinero destinado a la biodiversidad es hasta 6 veces menor de lo que destinan los gobiernos cada año para subsidiar proyectos que van en contra de la biodiversidad como aquellos de combustibles fósiles o agricultura extensiva donde utilizan pesticidas y fertilizantes, los cuales destruyen insectos y plantas, ocasionando la reducción y la disponibilidad de alimentos para animales más grandes. Los cuáles, de manera posterior serán consumidos por los seres humanos.

La utilización de herbicidas, pesticidas y fertilizantes, también contaminan el aire, provocan la pérdida de polinizadores y de biodiversidad acuática. Ejemplo de ello, la crisis en los mares y océanos donde los peces también son amenazados por el cambio climático, ya que el aumento de la temperatura en las aguas puede reducir su tamaño, hacer que no se adapten a las nuevas temperaturas y ocasionar su muerte.

Es urgente llegar a un nuevo acuerdo para definir de manera precisa los compromisos que permitirán frenar la pérdida de especies animales y vegetales a nivel mundial, ya que se estima que más de 1 millón se encuentran en peligro de extinción en el corto plazo. Lo más importante es el financiamiento, pero las discrepancias entre países subdesarrollados y desarrollado son evidentes. Por un lado, los primeros consideran que es urgente invertir más, y los segundos, tocan el tema con mayor precaución.

En la COP15 realizada en 2022, uno de los grandes avances fue la creación de un fondo fiduciario exclusivamente para biodiversidad. La meta estipulada en el acuerdo denominado “Marco Mundial para la Diversidad Biológica”, establece que para 2030 debe haber por lo menos 200 mil millones de dólares destinados para la diversidad biológica, de los cuales, 20 mil millones deberían ser proporcionados por los países desarrollados para 2025, pero la meta parece estar lejos de cumplirse.

Ningún bien ambiental se podrá defender sin recursos económicos y voluntad política. Lo que se invierte en el tema es insuficiente. Pero es un hecho que no solo es deber de los países desarrollados enviar fondos por su responsabilidad histórica a países en vías de desarrollo, sino que también estos países tienen que dedicar de sus propios presupuestos y poner fin a los incentivos y subsidios perjudiciales para la biodiversidad, de otra manera, el trabajo no sirve de nada. Asistir a foros y cumbres donde en el discurso apoyan, pero de manera concreta sus acciones en la materia son nulas o contrarias, se llama simulación.

La protección del medio ambiente es un tema que llegó para quedarse en las agendas políticas de casi todos los países del mundo, atrás quedo la idea de ser un tema secundario, hoy, es una prioridad. Por lo anterior, es obligado ir más allá de una promesa de campaña y sumar a diversos sectores, organizaciones de la sociedad civil y poblaciones indígenas, las cuales han sido clave para la preservación de los ecosistemas.

Las preocupaciones individuales y cotidianas de cada persona son numerosas, pero no estoy segura de que una de ellas sea el planeta en el que viven ¿Qué vamos a hacer sin un lugar donde habitar? Estamos ante un problema de magnitudes gigantescas. El futuro nos alcanzó y debemos decidir entre acción o extinción. Lo que sucede con el medio ambiente es una responsabilidad compartida, pero se debe reconocer que son las grandes industrias al amparo de los gobiernos que han causado el mayor daño.

La biodiversidad sostiene la vida en este planeta. Es impostergable modificar el modelo de desarrollo y consumo actual, ya que desafía los límites planetarios y de seguir así, sin replantear estrategias y medidas integrales, estaremos negando la posibilidad de reconstruir un planeta más sano. Esto es muy sencillo, así como la tierra no puede existir sin personas, las personas no podemos existir sin la tierra y sus recursos naturales. ¡Hagamos algo por la biodiversidad!