EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 30 septiembre, 2024
- Columnas
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No es sobre las ideas, sino que éstas se vuelvan realidad. Scott Belsky.
Según un sujeto con quien de pronto comparto créditos, que siente Tarzán, sabelotodo y con la verdad absoluta y verdadera -situación abstracta y totalmente fuera de realidad- referir situaciones que no sucedan en el terreno de juego, son simples espejismos y trivialidades que, a su decir, no le interés al público. ¡Carajo! todo detalle que conlleve una situación específica de realidad, es de interés público, tanto en lo individual y colectivo, luego entonces, crea una atmósfera digna de discernir con bases, conocimiento y buena estructura, sin llegar a elucubrar como se antoje o, en el peor escenario, como le apetezca. Señalar que el público no necesita detalles más allá de lo que debe saber, es pecar de soberbia, altanería disfrazada de un discurso envolvedor y, sobre todas las cosas, una adyacente tirada al más fiel estilo del ejemplo vivo de un narcisista que solo vive y respira para su existir. Patrañas!
Armand Matterlad -1936- referente para los aportes de la comunicación, sostuvo y aportó al mundo entero, que una reconstrucción de los saberes de comunicación se estructura en “Cuatro historias paralelas en numerosas encrucijadas y travesías” que hace corresponder a el flujo, el vínculo, el espacio y la medida. Por tanto, no es el caso del tipejo en comento, dado que su falta de conocimiento y su empirismo empedernido, no le da para entender que el y/o los procesos implican la emisión de señales -sonidos, gestos, señas, entre otros- con la intención de dar a conocer un mensaje. Para que la comunicación sea exitosa, el receptor debe contar con las habilidades que le permitan decodificar el mensaje e interpretarlo. Pero cuando aparecen como hongos esparcidos por todos lados como lo todopoderosos como el de arriba señalado, es prácticamente imposible alcanzar los niveles y estándares efectivos de retroalimentación y, en cambio, el consabido objetivo se vuelve el mayor de los fracasos.
Y para muestra solo basta apreciar como hoy en día pululan quienes se ostentan como comunicadores en sus diferentes fuentes y se adjudican un protagonismo a prueba de balas y con la mascarilla del yo todo lo sé, lo que por cierto, me invita a no dejar escapar el momento y recordar la eterna frase de 1 Corintios 8:2 -Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo- Woooowww, dicen por ahí, la neta del planeta. Por eso en perspectiva con la realidad deportiva del país, y que gracias al cielo y a todos los santos, por fin terminó la peor masacre contra los deportistas, atletas y sus entornos, ahora resta esperar que el cambio surta la mejor experiencia de eso, justamente de eso, de una comunicación asertiva, empática, abierta y plural, donde todos los sectores involucrados tengan calidad de libertad de pensamiento, voz y voto, así como la apertura de decir lo que se piensa y se cree que es lo mejor, la posibilidad de innovación y no de copia falsa y barata, cero condiciones al auto sabotaje de y como sabios -que dicho sea de paso, ni siquiera a eso llegan, ni llegarán- destierro total y absoluto a los malos ejercicio del yoyismo, a la polución de amiguismo y corrupción, etcétera. Acá lo que debe imperar, sin duda, es la clara retroalimentación para llegar al bien común, ejercer el derecho en políticas públicas del deporte de buena forma, legal, directa, sin oscurantismo y mucho menos con mentiras o, en su defecto, con las concebidas osadías de lanzar lo que sea a costa de lo que se entienda. No amigos, eso ya paso, la población está y estamos ávidos de cambios reales, efectivo y sin complicaciones, de personajes preparados y capaces de desarrollar estrategias dignas y directas, basta ya de oradores que en la sumisión de su cobarde arrogancia, van limitando, debilitando y destruyendo todo a su paso. ¡Se acabó!
Y lo mejor será darse un espacio para abrir las posibilidades de creación, con efecto dominó que aplique en aras de mejora sustancial. Estamos en la antesala de ser constructores de nuevos trazados desde nuestras trincheras, las de cada quien, luego entonces podemos realizar un acto de validación de trabajo efectivo y no imaginario, no oscuro y realmente abierto a todos, donde participemos sin temor, con categoría y alta eficacia, esa con la cual se calla a los tiranos de las administraciones y de los micrófonos…aunque no lo quieran soltar ni prestar y mucho menos perder. Contamos con el derecho que tenemos para analizar muy bien si Rommel Pacheco es y será la persona indicada para darle un levantón al deporte mexicano, porque se requiere a gente con capacidad administrativa, capacidad técnica, interés con el atleta, no como la señora saliente, grosera, desaliñada, vulgar y prosaica, sino que sea un apasionado al deporte, dispuesto a administrar correctamente todo lo que corresponda al área y tener muy buena relación con los atletas y sus entornos. ¡Que así sea!
Pásenla bien!!!