Una buena conversación debe agotar el tema, no a sus interlocutores. Wiston Churchill

Escuchando a David Bowie, con su mítica Moonage Daydream, mis ojos siguen y seguirán brillando pase lo que pase con lo radiante de cada segundo en movimiento, instantes que marcaron y seguramente lo harán conforme avance el tiempo. La comunión que existió en la idealización en años atrás, hoy dan rienda suelta a un sinfín de características idóneas para romper con paradigmas que solo crean confusión, desterrar fantasmas pasados, mandar a la hoguera del olvido las malas experiencias y quedarse con la enseñanza, alejar por completo etiquetas que no corresponden en tiempo y forma a determinadas personas y/o sucesos, cuando este cúmulo de puntos estratégicos se convierten en una elevada área de oportunidad, lo que queda es aspirar a ganar y ni siquiera –ni por error- pensar que podría sucumbir, incluso ante un ventarrón, no! nel! ni madres! Los tiempos de cambio son exactos, llegan para validar la evolución constante a la que hemos sido y seremos sometidos en el espacio que ocupamos; además, el acto de compaginar ideales crea grandes, sólidas y fantásticas hazañas, son los grandes momentos de adentrarse, no en arriesgarse y tampoco en asegurarse, más bien, es la mágica oportunidad de ir distinguiendo y averiguando que más allá de todo tono cursi, le neta es que todo tiene su momento exacto y sus para qué, lo demás -no menos importante- es sumar y multiplicar, porque si bien es cierto en el juego de lo que llaman vida, la rueda gira mucho más lento que nuestras aspiraciones, sueños y anhelos, luego entonces, acá lo mejor del tema es esperar el justo entorno, la persona correcta y por ende, emprender mejores horizontes. Sé perfectamente que hay esperas que desesperan -vaya que lo sé- sin embargo, cuando llega el punto exacto y real -aún con todo y miedos- no hay marcha atrás, vaya ni siquiera es opción de aquella frase de que lo anterior solo es para impulsarse, ñaaaaaaa, olvidarse de eso es trascender y avanzar, no estancarse en el lodo de imágenes, palabras, actos, acciones, etc., que dañaron y lastimaron y hasta quizás marcaron, por eso el aplome de cada quien con el aporte de valentía y gallardía da como resultado un mejor panorama y bonanza al corto tiempo…

Hace unos días me decían que podría hacer hasta un tratado y exponerlo, pero que permitiera la interlocución, eso me dicto una idea perfecta, directa y en plena sincronía, porque la armonización en todo sentido tiene sus bases en hacer y dejar ser, tener alta escucha es sinónimo de lealtad directa y en reciprocidad se generan las grandes empresas y personas que consolidan grandes cambios y generan mejoras en todo sentido a nivel personal, de unión y colectivos, entonces con todo lo descrito, queda claro que para la destrucción nos pintamos solos y dentro de varios escenarios, está el sistema deportivo mexicano que ha padecido por años, muchos años, neta, de lodo, de personas que llegan con supuestas ganas de cambiar y mejorar, de que nada volverá a ser igual, etc., etc. y entonces terminan no solo carcomidos por el lodazal, sino por la porquería que han pisado y atravesado. Es ahí, justo, cuando se debe crear la sinergia altamente efectiva con cambios reales y no de papel, no de sueños, sino -incluso- de dar y recibir oportunidad, ya luego si no funciona, hasta eso también tiene arreglo, pero me ha quedado muy claro que eventualmente se aspira a un cambio, que si la puerta sigue cerrada y atrancada por temores añejos, con miedos infundados, asumiendo culpas que no y repartiendo condenas no debidas, entonces seguiremos en las mismas. Por ello, creo firmemente que cuando algo o alguien llega a mover y remover el lodo, limpiarlo y dejarlo reluciente para recomponer el viaje, es entonces cuando los verdaderos retos y cambios comenzarán a dar resultados. Basta ya de aplaudir los fugaces recuerdos de momentos de gloria deportiva, seamos parte de la reflexiva idea de cambiar desde fondo y no solo de forma, arrancar la raíz podrida no es tarea fácil pero lo logran aquellos que son ganadores, formadores y capaces de enseñar gracias a su experiencia. Lo bueno y malo siempre van de la mano y existen, solo es necesario tener la sensatez de la combinación ideal para alcanzar grandes triunfos: juventud y experiencia; formación académica; profesionalismo, entrega y lo más importante en todo esto y más: no caer en las garras de la tentación, soberbia y mucho menos en la opacidad de actos negativos y tampoco estar solitarios en soledad, todo cambio implica elevados riesgos, pero qué tanto que nos pueda inmovilizar siquiera para intentarlo.

Make me know you really care, Make me jump into the air, Keep your ‘lectric eye on me, babe, Press your space face close to mine, love… -Hazme saber que de verdad me quieres, Hazme saltar en el aire, Mantén tu mirada eléctrica en mí, nena, Junta tu cara espacial a la mía, amor-

Pásenla bien!!!