POLÍTICA AMBIENTAL

EL AGUA Y NAPOLEÓN BONAPARTE

Luego de ser coronado emperador, en 1804, Napoleón Bonaparte tuvo dentro de sus propósitos mejorar el suministro de agua en Paris, la capital francesa, pues en menos de un siglo la población se había incrementado de medio millón de habitantes a cerca de dos millones, con una infraestructura con más de un siglo de operación, prácticamente obsoleta e inservible.

Las aguas residuales de las viviendas eran arrojadas a las calles ante la ausencia de alcantarillado, de la misma manera como era en la época colonial en México con el famoso grito de “aguas” obligado por ley para alertar a los peatones del riesgo de ser bañados con las inmundicias que acompañaban el agua.
Se consumía poca agua debido a que la mortífera epidemia de peste generó mucho miedo al baño. En Francia, en los siglos XVII y XVIII el contacto con el agua se consideraba peligroso y no se usaba en ningún caso caliente para lavarse. Pensaban que los poros abiertos podían dejar entrar enfermedades y que los baños provocaban pérdida de fuerza vital, abortos e infertilidad. Sin embargo, sí se creía que podría tener propiedades curativas para determinados males.

Los hábitos empezaron a cambiar con Napoleón en la corona, por lo que se incrementó el consumo de agua y por ello mandó construir tres canales para la conducción de agua: Ourcq (108.1 Km), proporcionando 100 mil metros cúbicos anuales, el canal Canal Saint-Denis (6.6 Km) y el Saint Martin (4.5 Km).

Napoleón también procura una reforma que unifica los dos entes reguladores (Aguas de Paris y Aguas del Rey), que pasan a ser enteramente municipales, lo que facilita la gestión del recurso. Todo apunta a una mayor disponibilidad de agua, pero la calidad del servicio no mejora, debido a los altos niveles de contaminación de las aguas de superficie (de los canales) y freáticas (de múltiples pozos), por lo que la epidemia de cólera proveniente de la ribera del Ganges y Londres, fulmina la población de Paris en 1832.

Ya en 1850 Charles-Louis Napoleón Bonaparte o Napoleón III, inicio uno de los planes de ordenamiento de suelos más importantes de la historia, designando al barón Haussmann y Eugène Belgrand. Como parte de ese plan, se diseña e implementa en 1852, un programa municipal de gestión de agua potable y aguas residuales que termina de ser ejecutado en 1924.

El programa previó nuevas fuentes de agua, construcción y expansión de canales, mejoras en términos de calidad con métodos de filtración y almacenamiento, así como sistemas de cobranza más efectivos, exclusivamente municipales. Tomando el ejemplo de la Cloaca Máxima romana, se crea un verdadero sistema de drenaje y alcantarillado que permite, la evacuación inmediata de las aguas de lluvia y aguas servidas industriales o domesticas que se descargaban directamente rio abajo en el Sena. Las construcciones subterráneas siguen el ritmo de las edificaciones de la superficie y en 1911, la red de alcantarillado mide 1,214 kilómetros partiendo de los 14 km en 1833.

PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE

Como has leído en la primera parte de esta columna los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento ya se cobraban en Paris desde el siglo XIX y la mejora en su infraestructura fue vertiginosa gracias al apoyo gubernamental y la suficiencia financiera. Recuerden #SalvemosOjuelos.
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