EL SENTIDO DE LA CUESTION: ¿TRANSFORMACION DE MEXICO?

Por: Daniel Valdez García

“Los que no pueden recordar el pasado

están condenados a repetirlo”

(Those who cannot remember the past

are condemned to repeat it).

Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana Borrás

INTRODUCCION

De frente a la sociedad que cada día es más indiferente y exigente, o como dice Aquilino Polaino: “distintos y distantes“; propongo la siguiente reflexión, de tal manera que podamos hacer un sincero discernimiento y apostar por el bien social, por el bien común, dejar de lado las conveniencias, los intereses particulares y las partidocracias para luchar por ser un México unido y en paz.

Ojalá les resulte interesante, les motive y les sirva. Agradezco de antemano a quienes se toman la molestia de leerlo, de retroalimentarme y sobre todo de compartir esto que pongo a su consideración.

1. LO HISTÓRICO Y LO LEGENDARIO

Siguiendo la línea de la historia lo primero que hallamos son vestigios de todo tipo, elocuentes por excelencia son las pinturas rupestres; luego vendrán los relatos entre míticos y legendarios. El mito tiene su propio valor simbólico pues revestido de idiosincrasia y cosmogonía transmite una clara ideología. Ejemplos de estos mitos son los relatos de antiquísimas civilizaciones grecorromanas, mesoamericanas, las del extremo Oriente e incluso las de las tribus boreales y australes.

La narrativa legendaria fue construyendo ciudadanía para organizar el PODER basado en la sacralidad y la consanguineidad, por ejemplo, en el s. I a. C., el poeta Virgilio en el segundo libro de “La Eneida” en el mito de Eneas, Anquises y Ascanio, trata de justificar que el emperador romano Cayó Julio César Augusto era hijo de un dios[1]. Por otro lado, aunque en un sentido diferente, Eusebio obispo de Cesarea, en su obra “Vida de Constantino”, Libro I, 4, interpretó al emperador Constantino como “un obispo, elegido de Dios, un hombre lleno de virtudes afines al cristianismo”[2].

Todos los pueblos han evolucionado y sus huellas son parte de la historia, la cual como ciencia no es autónoma, y no se debe decir que ciencias como la paleontología, la medicina forense, arqueología y otras son ciencias auxiliares de la historia, sino que estamos ante la transversalidad de las ciencias.

México como nación tiene sus propios mitos como el de Aztlán[3], el de Quetzalcoatl[4] y otros. Hay pocos códices prehispánicos, como fuentes históricas, porque Tlacaelel, sacerdote e ideólogo, quemó muchos ante la reforma que propuso. Luego vendrán los creativos misioneros que también quemaron otros códices; en la actualidad se conservan pocos tanto prehispánicos como posthispánicos y la mayoría no están en México.

2. REVOLUCIONES Y TRANSFORMACIONES

En aquella Francia delrey Luis XVI, a quien dirigió su discurso el joven Maximilien Robespierre, el más destacado estudiante de derecho, éste ni siquiera bajó de su carruaje. El joven Robespierre sería el mismo que llevó al cadalso a este rey.

Rusia llegó tarde a la industrialización con el impulso de los sacerdotes jesuitas. La tesis de Carlos Marx tiene un gran salto del proletariado porque no hubo aquello que él describía. El análisis es más profundo y no es objeto de esta narrativa.

En nuestro amado México la conquista la hicieron culturas prehispánicas totonacas y tlaxcaltecas aliadas con los peninsulares para no seguir siendo oprimidos por el imperio azteca, y les resultó peor[5]. La Independencia la hacen los criollos porque no tenían los mismos derechos que los españoles venidos de la península ibérica[6]. La Revolución mexicana es más un ideario que realidad, solo cambió el poder de manos. Francisco I. Madero era un “médium escribiente” espiritista. Cuando el ejército de Francisco Villa y de Emiliano Zapata, llegaron a la ciudad de México, después de que Pancho Villa se sentó en la silla presidencial le dijo a Emiliano Zapata que lo hiciera, a lo que éste respondió: “Esa silla está embrujada y quien se sienta en ella termina haciendo las cosas mal”; desde entonces le han hecho desde limpias hasta bendiciones. La Revolución fue una serie de revueltas y enfrentamientos armados, en esa época surgió el cruel ladrón José Inés Chávez que decía ser “el diablo”, el cual murió de gripe española; además, por toda una década hubo diversos asesinatos que costaron la vida a más de medio millón de mexicanos, otros migraron y otros más murieron por las epidemias, hasta culminar con la ansiada paz [7].

El sistema priísta enarboló la Revolución y fue trayendo los restos de algunos líderes de la revolución para ponerlos en lo que ahora es el monumento a la Revolución. El presidente Luis Echeverría quiso traer los restos de Pancho Villa a este monumento, pero de lo que no se percató es que le trajeron los restos de una mujer desconocida que la familia había sepultado en el lugar donde habían estado los despojos de Pancho Villa [8].

3. CUARTA TRANSFORMACION

El ejecutivo federal vigente es recurrente en su discurso sobre la “Cuarta transformación”, porque se sitúa posterior a la Independencia, la Reforma y la Revolución; así que al igual que dichos acontecimientos, él quiere posicionar su gestión por terminar.

Analicemos grosso modo: La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, desde Alvaro Obregón hasta López Obrador, lleva en 107 años alrededor de 770 reformas. De los 136 artículos que componen dicha Carta Magna, 117 han sido objeto de reformas, solo 19 permanecen inalterados.

En estos poco más de 200 años de historia y leyenda, México se ha ido transformando notablemente con tres grandes cambios: La Independencia, La Reforma y La Revolución Mexicana. De manera realista podemos hablar de dos Revoluciones como cambios en México: la Independencia y la que llamamos Revolución como tal.

La cuarta transformación, más allá de las palabras y la intención parece tener su fuente en la Constitución Moral que se distribuyó en 2018, lo cual no es otra cosa que la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, y que se encontraba en una bodega; también ha enarbolado la lucha contra la corrupción[8]. Hemos de precisar que la corrupción es un fenómeno recurrente que en México tuvo sus inicios durante el virreinato con el tráfico de influencias, y ha ido creciendo en una lucha de cotos de poder con los gobiernos en turno favoreciéndose de la codicia, la avaricia, la ambición y la voracidad.

Hoy por hoy podemos decir que la corrupción se encuentra en todos los ámbitos de la ciudadanía mexicana. Es decir, que la “corrupción” en sus diferentes facetas es un fenómeno que puede aparecer bajo formas muy variadas, vinculada con la violencia, la fuerza indirecta, derivando de jerarquías y valores sociales diferentes hasta formas de convivencia, cohecho, intereses de grupo, de clanes y de familias y o personales. Ante el problema de la corrupción conviene actualmente plantearse que las realidades jurídicas ya no corresponden a las sociales, económicas y políticas, como sucedió con la Independencia, la Reforma y la Revolución.

Es claro que hay quienes hablan de avances sin precedentes en la actual administración. Lo importante son las evidencias, no los discursos, ni los lemas. Se ha puesto la mirada en reducir la pobreza, y es verdad que no se ha destruido la economía; pero tampoco se han cumplido los pronósticos sobre economía, empleo y el saneamiento de las cuentas nacionales. Hay alianza con el ejército, pero prevalece la falta de atención a las personas privadas de su libertad (PPL), y PEMEX presenta una profunda crisis; además está la falta de acciones para la transición energética limpia. Hay violación a los derechos humanos y parece ser natural la impunidad. Se han impulsado cambios sin éxito como el Banco del Bienestar, el INSABI, el IMSS-bienestar, la inconclusa refinería de Dos Bocas y el AIFA que como aeropuerto no contribuye a deshogar al internacional Benito Juárez. El país no termina por transformarse para el bien social o el bien común. Se hace política de las contradicciones y prevalecen las expectativas y las desiluciones[9].

Todos sabemos que las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra. No esperen a que otra persona transforme México, cada uno y cada una de nosotros debe ser el autentico protagonista del cambio fuera de promesas y dádivas electoreras. Por lo tanto, cada uno seamos el verdadero factor de cambio comencemos por dejar de buscar culpables y hagamonos responsables del cambio que todos queremos por un México unido y en paz para todos sin exclusión ni exclusividad.

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REFERENCIAS

[1] Virgilio, Publio. “Eneida”. Trad. Alfonso Cuatrecasas. Madrid: Espasa, 2012.

[2] De Cesárea, Eusebio. “Vida de Constatino”. Madrid, Gredos, 1994.

[3] La Tira de la Peregrinación o Códice Boturini.

[4] Códice Chimalpopoca, pp. 7-8.

[5] Díaz del Castillo, Bernal. “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, Ed. Galaxia Gutenberg, Madrid. Cervantes de Salazar. “Crónica de la Nueva España”, lib. II, cap. X, pp. 78-79, 2001.

[6] Fernández Cantero, Juan.“Los criollos y la Independencia de la Nueva España”. Revista de Historia de América núm. 157, ISSN (impresa): 0034-8325, 2019.

[7] Kenneth Turner, Jhon. “México bárbaro”, Editores mexicanos unidos, México, 1992.

[8] Matute, Alvaro. “La revolución recordada, rescatada e inventada”, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, México, 1991.

[9] Serrano, M., & Kenny, P. “Mexico’s security failure: collapse into criminal violence”. Nueva York: Routledge, 2012.