SAN ISIDRO AL RITMO DE DAVID CIVERA

Llegando al ecuador del mes de mayo, siempre sucede lo mismo. El Madrid más castizo se palpa en el ambiente, es el momento de festejar a San Isidro. La capital está viviendo sus fiestas patronales y mañana es su día grande. Si estos días, la Pradera es un constante ir y venir de chulapos y chulapas, la cita ineludible es, sin duda, el 15 de mayo.

Las tradiciones son los mejores pilares que tenemos. Nos pueden gustar más o menos, depende de nosotros mismos eludir aquellas que nos resulten menos agradables. Lo que sí es cierto es que están para cumplirlas porque parte de nuestra cultura está en ellas. Confieso que si tengo que elegir entre las tontas, las lisas o las de Santa Clara no lo tengo tan claro. Las rosquillas siempre me han gustado aunque no estén vinculadas al santo. Las que hacía mi abuela eran una bendición en estado puro. Hay que reconocer que son unas excelentes acompañantes para un buen café o un chocolate si se tercia. Lo cierto es que toda fiesta que se precie tiene su dulce tradicional. Los más golosos están de enhorabuena porque ese manjar nunca les va a faltar.

Si hablamos de manjares, quizás un buen cocido madrileño sea la mejor manera de festejar al santo, o incluso, el típico bocadillo de calamares. Digo esto porque al hablar de gallinejas y entresijos, el estómago se me encoge, las cosas como son. Llevo muchos años en Madrid y esta ciudad tiene mucho que ofrecer. Su gastronomía es variada, pero lo de las gallinejas y los entresijos me supera.

Al margen de la comida, toda fiesta tiene su baile. El chotis es la banda sonora de estos días. Hay quienes lo bailan divinamente y hay quienes lo intentan. Lo importante siempre es disfrutar de la fiesta y de la compañía. Al fin y al cabo, los planes que hagamos para este San Isidro serán los recuerdos en nuestro futuro.

Sin duda, este año, con permiso del chotis, ha sido David Civera el que ha puesto banda sonora a estas fiestas para mí. Una música que marcó mi infancia y con la que crecí. Recuerdo la primera vez que lo vi sobre un escenario en mi tierra natal y muchos años después nos hemos reencontrado en el Paseo de la Ermita. Varias generaciones entre el público cantaron con Civera al pie de la letra sus canciones. Abrió el concierto con “Dile que la quiero”, casualmente se acaba de celebrar el Festival de Eurovisión, y hay que reconocer que este tema fue, también, una de las canciones del verano de 2001. No faltaron los clásicos como “Que la detengan”, “Rosas y Espinas” o “Perdóname”, pero también hubo momentos en los que nos pellizcó el corazón porque David Civera amplió su repertorio más allá de esos clásicos. “Vida”, su nuevo single tiene un mensaje muy potente. También, “Entre amigos”, pero he de reconocer que “Caminar por la vida” siempre será especial para mí porque fue de la mano en la época en la que se forjó mi “aún tengo la vida”. El de Teruel se despidió con su “Bye Bye” y su eterna sonrisa, para transformar ese “adiós” en un “hasta pronto”. Madrid es una ciudad que acoge y Civera ya sabe que siempre será bienvenido.

Y llegados a este punto, como la vida es los que nos queda por vivir, disfrutemos al ritmo de Civera, del chotis o de lo que nos haga feliz. En definitiva, ser feliz es lo que cuenta y conseguir nuestra propia felicidad está en nuestras manos. Nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Ahí está la esencia para lograr esa sonrisa que todo lo cambia.