TIENDA DEL ENCUENTRO, TEMPLO DE JERUSALÉN Y TEMPLO CATOLICO
Sacerdote Daniel Valdez García
INTRODUCCIÓN
Advertencia!
Esta MEDITACION no es para personas que se quedan en la sola piedad popular o en el legalismo litúrgico. Se trata de profundizar con la gracia del Espíritu Santo qué nos quiere decir el ENCUENTRO con Dios a la luz de la fiesta del 2 de febrero.
1. LA TIENDA DEL ENCUENTRO
Leemos en el segundo libro de la Biblia, llamado en griego “Éxodo” y en original hebreo שׁמות (en hebreo) Sh’mot (“Nombres”); es la historia de la salida o éxodo de los israelitas que abandonan la esclavitud en Egipto por la fuerza de Yahvé. Describe cómo Yahvé envía las diez plagas de Egipto para que el Faraón libere a los israelitas. En su caminar hacia la tierra prometida, este libro nos da a conocer cómo Dios se involucra con su creación.
Dios se hace peregrino-trashumante con su pueblo cubriéndolo del candente sol del desierto con una nube, y del frío de la noche con una columna de fuego (Ex 13, 17-22).
Yahveh dio las instrucciones a Moisés sobre la construcción del primer santuario de Israel. Era un santuario móvil que debía acompañar al pueblo durante los cuarenta años de su éxodo en el desierto. La descripción de esta “Tienda del Encuentro” o “Tienda de la Reunión” es extremadamente precisa, tanto que se ha hecho una reconstrucción. He aquí la liga de un video https://youtu.be/Ur4upEDMwUM?feature=shared).
Leemos la orden de construir el santuario en Ex 25, 1-2, 8-9: “El Señor habló a Moisés. Dijo: `Di a los hijos de Israel que harán un santuario para mí, y yo habitaré en medio de ellos. Te mostraré el modelo del tabernáculo y el modelo de todos sus objetos; los reproducirás exactamente´”. Los capítulos 26 al 28 hablan del mobiliario y decorado externo e interno.
Primera conclusión: La Tienda del Encuentro era el lugar sagrado por excelencia: el lugar de la oración. Las personas podían sentarse allí a los pies del Señor y contemplar el Misterio de un Dios que es su aliado. Contemplar el Arca de la Alianza era contemplar la UNIÓN de lo divino y lo humano.
2. TEMPLO DE SALOMÓN
El Rey David al vivir en una casa de madera quiso construir un templo al Señor. Y mediante el profeta Natán se lo impidió (2 de Samuel 7, 4-7),
Entonces, “David dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar el nombre del SEÑOR mi Dios. Pero el SEÑOR me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien construya un templo en honor de mi Nombre (2 Sam 7). «Hijo, ¡ten valor, actúa con firmeza, y manos a la obra! No tengas miedo, porque el SEÑOR Dios, mi Dios, siempre estará a tu lado, (2 Cron 28).
Este PRIMER templo fue construido hacia el 952 a.C.en siete años con prisa, ocupaba en la cima del Monte Moriah aproximadamente cinco hectáreas, se hizo con grandiosidad pues el reinado de Salomón fue de paz y sabiduría que le permitieron lujos, además contribuyeron en la obra los reyes aliados. La inauguración fue majestuosa y asistieron los reyes aliados. La nube llenó la sala del tabernáculo para velar la presencia de Dios. He aquí una liga para visita virtual: https://youtu.be/5e3uH1WTO6A?si=jNB0IMNWbfbFm_9e
Segunda conclusión: Este templo tuvo importancia religiosa, política, económica y social, se considera la excepcional morada donde residía físicamente Yahvé, el Dios de Israel. En 587 a.C. el Templo fue arrasado hasta sus cimientos por las tropas babilónicas de Nabucodonosor. No queda de él ningún vestigio en la actualidad.
3. TEMPLO DE HERODES EL GRANDE
El pueblo de Israel fue llevado al destierro a Babilonia por su injusticia e infidelidad, claramente denunciados por los profetas Jeremías y Ezequiel, y los doce profetas con escritos menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Nahúm, Jonás, Miqueas, Habacuc, Sofonías, Malaquías, Zacarías y Haggeo.
En el 515 a.C., con Zorobabel, hubo un efímero intento de reconstrucción del templo de Salomón, fue en esa época en que todos quedaron de pagar el impuesto para mantener el templo, constan los libros de Esdras y Nehemías
Y ahora nos ocupamos de la construcción del SEGUNDO templo en tiempos del rey Herodes el grande, llamado así por su obsesión en construcciones gigantescas y ostentosas. Con la llegada de Herodes al trono de Judea en el año 40 a.de C, Jerusalén se transforma en una ciudad de palacios y edificios al estilo romano. Herodes, en el año 18 a. C., derriba el templo de Zorobabel que había sufrido varios daños, engrandece el Templo y construye una grandiosa explanada objeto de admiración de todo el mundo antiguo (Jn 2, 20). El Templo de Jerusalén constituyó el centro de la vida de los judíos. Durante este período se formaron las sectas de fariseos, saduceos, esenios y zelotes. Durante la construcción Herodes se enfrentó con un reto significativo: El tamaño del templo estaba limitado por el precedente bíblico del templo de Salomón, una estructura bastante modesta. Pero los templos paganos de la época del Nuevo Testamento se venían construyendo cada vez más y más gigantescos, y el templo de Jerusalén si se restringía a los estándares bíblicos se hubiera visto insignificante en comparación. Por lo tanto, aunque el propio templo se dejó bastante pequeño, los recintos del templo en el esquema de Herodes triplico las dimensiones del templo de Salomón. El templo mismo fue construido por los sacerdotes en un año y medio. A pesar de toda su gloria, este templo tuvo una vida corta. Completado en 63 d.C., fue destruido y saqueado en el año 70 d.C. por las legiones romanas mandadas por Tito, además destruyen Jerusalén y otras ciudades judías.
En la siguiente liga podemos ver la maqueta de reconstrucción del Templo de Herodes el Grande: https://youtu.be/glelecR-_KI?si=L6CEYxUpZfpyBfew
El ‘Monte del Templo’ era una verdadera obra de ingeniería. La construcción más grande en el mundo de aquel tiempo. Anexo una foto que permite ver la comparación con la actualidad.
Destacó en la obra el patio de los gentiles, era una enorme plaza con columnatas que facilitaba la predicación de los judíos a los gentiles, ahí también estaban las mesas de los cambistas y los vendedores de animales para el sacrificio, siendo valor económico para Herodes. Desde ahí los gentiles podían levantar la mirada y ver el templo, pero no podían entrar en él. Y en ese templo estuvo Jesús varias veces (Presentación y rescate: Lc 2, 22-38; En el pináculo en la tentaciones: Mt 4, 7; Purificación del templo: Juan 2, 13-16; Jesús enseña en el templo: Lc 2, 49; Jn 7, 14-24; 8, 1-11; 10, 22-23; Mt 21, 23-27; y el juicio de Jesús en el templo: Lc 22, 67-71).
Tercera conclusión: Las enseñanzas de Jesús en el templo muestran su compromiso con la verdad, la justicia, la compasión y la voluntad de Dios, y son una muestra de su autoridad y sabiduría.
4. TEMPLO CATOLICO
La palabra del latín “templum” era el equivalente del término hebreo “beth Elohim” y significaba la morada de Dios; de ahí que, literalmente, significaba la “Casa del Señor”. Así que todo templo católico debe ser el cielo en la tierra, la presencia especialísima de Dios en medio de su pueblo, y al mismo tiempo cada templo cristiano debe ser imagen del universo y la presencia de Dios lo convierte en verdadero centro de la creación, por eso Salomón decoro todo el interior con árboles, animales y querubines; cosa que el arte barroco estípite churrigueresco conservó la idea, y el neoclásico la estilizó.
Contemplar una basílica cristiana es como situarse ante la creación entera. El Templo reproduce el mundo, obra de Dios, y aporta la presencia del Trascendente: es “casa de Dios y puerta del cielo” (Ge 28,17). La creación, que surge del caos como cosmos, supone sabiduría y belleza, orden, número y medida. No hay belleza sin medida ni orden.
Las catedrales antiguas estaban cargadas de una fuerza y una intensidad sobrenatural, su dinamismo todavía hoy corta la respiración y provocan el éxtasis.
El sagrario mantiene la presencia permanente y cotidiana de Cristo en el templo, convertido, así, en “lugar teológico” y de teofanía. Por eso el templo-Iglesia es imagen del Reino, es el centro de la comunión y la comunidad. El templo es la unión del ser humano con Dios Encarnado, hecho Hombre y hecho Eucaristía. Es el espacio más sagrado entre Dios y el ser humano. La oración personal es la quietud y la paz, y la oración de la asamblea litúrgica es tan física, tan concreta y tan vita que se desenvuelve en el cuerpo humano hasta encarnar la liturgia y la vivencia de ese ENCUENTRO con Dios y su pueblo, que supera todo individualismo e intimismo sin compromiso con el prójimo, a quien también se le reconoce como templo vivo del Espíritu Santo (cf. 1 Co 6, 19; Mt 18, 20). La presencia de Dios no está por la piedras o por los adornos, está por nosotros, con nosotros y para nosotros. Sin esa conciencia no se da el encuentro de Jesús con su pueblo.
Sigamos haciendo conciencia profundizando esta meditación contemplativa sobre la importancia del templo en la vida de todo católico.
Gracias, Señor, por venir a nuestro encuentro cuando vamos a tu Casa, a tu Templo, a tu Morada santa, pues eres tú quien nos asegura que donde dos o más nos reunimos en tu nombre ahí estás tú. Amén.