LO QUE ESTÁ POR VENIR

Superado Halloween, comienza la cuenta atrás para la Navidad. Es pronto para decirlo pero la realidad es la que es. Los centros comerciales ya lucen sus mejores decoraciones para atraer al público con las novedades de la temporada. Reconozco que dichas decoraciones son preciosas y el pasado sábado, cuando me detuve en la plaza baja de un centro comercial para ver todo lo que habían preparado, el espíritu de la navidad inundaba ese espacio. Las personas que allí nos encontrábamos estábamos aisladas de la realidad que se vive en la calle. Era un oasis en el que pequeños y mayores admirábamos lo que está por venir.

Un porvenir que no pinta muy bien si vemos las noticias a diario, pero que es ilusionante si aceptas el guion, por ejemplo, de los más pequeños. Entre árboles, belenes, espumillón, velas y demás atrezzo todo cambia. Ese cambio aunque solo sea por un momento es fundamental para coger aire y afrontar las semanas que quedan hasta que la Navidad dé el pistoletazo de salida. Para algunos será con el encendido de las luces en las calles, para otros será en el Black Friday y si no siempre quedará el puente de la Constitución y la Inmaculada. Lo que está claro es que cuando arranque el mes de diciembre, el que tendrá los días contados será este año. Todavía hay tiempo para apurarse a cumplir con los propósitos prometidos o para anotarlos en la lista del 2024 que nos brinda trescientos sesenta y seis días para escribir otra historia de nuestra vida.

Una vida que pasa por las historias personales y por las historias que afrontamos como sociedad. Hace un momento he hablado de la Constitución como festividad que todos los años nos brinda un maravilloso puente de ocio, pero ahora más que nunca la Carta Magna está en boca de todos por quienes la cuestionan y quieren hacer caso omiso a lo que en ella está reflejado. Las calles de muchas ciudades se están llenando de manifestaciones porque la amnistía no tiene hueco en la Constitución por mucho que determinados políticos se vuelquen en ella. España está buscando quien la gobierne pero no a cualquier precio. Desde las elecciones del pasado mes de julio, los pactos y las negociaciones están en boca de todos, y parece que estos chocan de frente con los principios básicos de nuestra democracia. Por tanto, es normal que la sociedad se movilice.

Unas movilizaciones que van llenando el calendario del mes de noviembre y que promete dar mucha guerra. Tendremos las respuestas a muchas preguntas. Por delante, entre otras cosas, nos queda un debate de investidura, y la sociedad ya clama en la calles. Por eso, ante tal revuelo, insisto en esas decoraciones que nos hacen olvidar el presente. Un oasis de calma nunca viene mal porque el día a día desgasta mucho. La salud mental es primordial para hacer frente con firmeza los reveses que se nos presentan y si entre ellos está defender nuestros derechos, no podemos flaquear en ningún momento. Dicen que la unión hace la fuerza, pero esa fuerza también necesita su descanso.