EL HURACAN DE DIOS:
Pbro. Lic. Alfonso Carmona Ovando
Sacerdote Daniel Valdez García
INTRODUCCION
Estaba inmerso en un retiro espiritual y no pude plasmar un artículo sencillo y conmovedor sobre este ilustre varón de Dios y su impacto social en su entorno. El padre Alfonso Carmona Ovando partió hacia la Morada Celestial el pasado 3 de septiembre, en este año presente.
Mayormente, los seres humanos concebimos los huracanes como desastres irremediables, sin embargo, olvidamos que son una manifestación de nuestros propios límites. No obstante, la resiliencia se ha alzado como una cualidad de gran relevancia en las últimas décadas. Las comunidades indígenas son un ejemplar espectáculo de cómo la humanidad puede desplegar su esencia más excelsa para coexistir en armonía con la naturaleza, la cual no le resulta ajena.
El Padre Alfonso Carmona fue comparable a un huracán divino, pues instigó a innumerables individuos a adoptar un enfoque propositivo, basados en una fe vivida con un compromiso inquebrantable hacia los jóvenes y niños que se hallaban sumidos en las garras de las adicciones.
MIERCOLES DE CENIZA
La primera vez que tuve el gusto de encontrarme con el venerable padre Alfonso fue en la solemne conmemoración del Miércoles de Ceniza, cuando nos congregamos en su sagrada Capilla de la Divina Misericordia. Su trato siempre fue amable y ejemplar. Recuerdo vívidamente sus palabras: “Es el llamado divino el que te trae aquí, querido hijo, no es mera casualidad”. Yo le respondía, en tono jocoso: “Padre, aunque no tengo disyunción en mi pensamiento, no soy un adicto químico”, en referencia a su transcendental labor en el Centro de Rehabilitación para Toxicómanos, A.C. (CERTEMAC), el cual fue merecidamente galardonado por el Gobierno del Estado de México en 2009. Además de la admirable edificación del Asilo para Ancianos, extendió su misión benévola hasta el Estado de Guerrero. La rigurosa disciplina de este establecimiento no siempre ha sido acogida de buen grado por algún educador que ha formado parte de su cuerpo docente, e interpuso alguna denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CDHEM). No es tarea sencilla comprender a niños y jóvenes con actitudes desafiantes, individuos que no tenían precedentes de actividad alguna. En este recinto, asumen la responsabilidad de su lecho, indumentaria y alimentación. Se les brinda terapia individual y grupal, así como ocupacional, y cursan diversos niveles educativos: educación básica, media y preparatoria. Adicionalmente, reciben clases de inglés y computación. Los servicios incluyen canchas de fútbol, una piscina, baños de vapor, jacuzzi, duchas y un gimnasio.
Era un individuo de temple, forjado en la rigurosa escuela de una sólida formación filosófica y teológica que supo fusionar con sus estudios en psicología. Al comienzo, formaba parte de un conjunto integrado por Monseñor Fortino Barrueta (QEPD), el Padre Toño Hernández (QEPD), el Reverendo Alejandro Lagunas (su sucesor en la labor en el CERTEMAC), y Toño López que abandonó el ministerio sacerdotal. También existía un pequeño grupo de religiosas con quien estableció en su tierra natal de Otzolotepec una comunidad destinada a brindar asistencia a mujeres en esta situación.
El Gobierno estatal reconoció, asistió y solicitó respaldo, a través del DIFEM, al padre Carmona, transfiriéndole a jóvenes varones y mujeres, lo cual continuó hasta el año 2002 con el gobierno del Lic. Montiel.
EQUIPO DE TRABAJO
No hay nada más loable que cuando la Iglesia emprende esfuerzos colectivos, pues así se manifiesta su verdadera naturaleza: una convocatoria divina. La entrega y el sacrificio de este siervo de Dios fueron como un estruendoso llamado a servir a los más vulnerables, aquellos niños y jóvenes que se encontraban atrapados en las garras de la adicción desde temprana edad.
La lista de aspirantes a recibir ayuda es considerable, incluso se extiende más allá de las fronteras de Latinoamérica. El proceso de desintoxicación dura dos años, sin intervención farmacológica. Aquellos que necesiten atención médica cuentan con una red de apoyo para ello. En general, se fomenta un estilo de vida saludable, basado en métodos naturales. No obstante, es importante mencionar que esta institución no admite a cualquiera. Los ingresantes reciben visitas familiares una o dos veces al año, y aquellos que carecen de familia no tienen permitido abandonar las instalaciones, en aras de la responsabilidad y el cuidado que se les brinda. La estancia no excede los dos años, en beneficio de su tratamiento. Anualmente, se les brinda la oportunidad de disfrutar de unas vacaciones en Acapulco o Ixtapan-Zihuatanejo. En la actualidad, el DIFEM ha encontrado solución a esta problemática.
Como miembros de la Iglesia, reconocemos la obra de Dios a través del padre Carmona y agradecemos tanto a Dios como a sus seres queridos, benefactores y aquellos que continúan fomentando este importante legado. Este “huracán divino” ha irrumpido en nuestras conciencias para motivarnos a actuar en pro de rescatar a las ovejas perdidas en la vorágine de las adicciones, la desidia y la violencia intrafamiliar. Estamos convencidos de que ningún esfuerzo es en vano en aras del bienestar y la salud de nuestros niños y jóvenes frente a estas graves y mortales adicciones. Por tanto, además de orar por esta obra y desearle al padre Alfonso la plenitud de la gracia divina, debemos imitar su integridad y vivir nuestra fe de manera comprometida, trabajando arduamente en la prevención del consumo de drogas y las conductas perjudiciales.