A mitad de la semana
- Julián Chávez Trueba
- 6 septiembre, 2023
- Columnas
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Por lo menos ya hay oposición
Andrés Manuel López Obrador se vanagloriaba de no ser igual que los gobernantes anteriores, que no iban a mentir, ni robar al pueblo; repitió innumerables veces que la democracia imperaba en el interior de su partido MORENA, que no habría dedazo en su proceso interno.
Hoy se sabe, aún antes de que inicie este miércoles, que la que va a ganar la “elección interna” de MORENA será Claudia Sheinbaum con un claro dedazo o en su defecto, con un proceso lleno de arrebatos, de robos de urnas y sin legitimidad, porque queda claro que Ebrard tenía alguna oportunidad únicamente en igualdad de circunstancias. Por cierto ¿qué va a ser Ebrard?
De Xóchitl Gálvez lo único que se le puede reprochar es que participó en un proceso doblando la Ley Electoral, debido a que aún no son los tiempos para hacer campañas; por lo demás me pareció un ejercicio bueno, más no excelente. Bueno en el sentido de que el proceso fue completo en sus etapas y coherente entre las reglas y su desarrollo, entonces eso otorgó un buen desenlace. Sin duda Beatriz Paredes le dio legitimidad, le dio competencia y le otorgó credibilidad al proceso, aunque ya sabíamos que no podía ser ella una candidata idónea (ella seguramente también lo sabía). De cualquier forma, se le dio al pueblo un proceso limpio y claro, digno de una buena oposición. No se reviste de excelencia para mi apreciación porque aún se encuentra el lastre de los partidos PAN, PRI y PRD unidos por la ambición de tener un frente común para poder detentar el poder, dejando a un lado los ideales que tantas veces han llevado solos como estandarte de su verdad, dejándolos notar como los diferenciadores más claros, denotando ahora que pueden ser lo que sea mientras exista posibilidad de hacerse con las elecciones.
Como sea Xóchitl es una candidata lejana a los partidos, por lo menos en los compromisos. Bien dijo en su toma de protesta que no aceptaba huevones, mentirosos, ni pendejos, y que al mismo tiempo en una entrevista con Loret de Mola, ella contestó que de alguna forma los dirigentes de los partidos son justamente esos calificativos pero que al final ella no estaba ahí por ellos ni para ellos. Habrá que ver qué tanto de esa aseveración es verdad y se convierte en realidad.
Me gusta la Xóchitl señal, como candidata le da un signo de distinción, ella es simpática y parece sincera, sorprende el uso del fonema “g” en lugar de “r” que más que entorpecer su discurso, lo hace auténtico y honesto. Sin duda con ella se levanta la oposición que se encontraba tan dormida, tan sedada por la cola tan grande que había para poder pisarle.
Ojalá que permanezca así, sin mancha, porque el Presidente ha denotado una vez más que es aún peor que los políticos que tuvieron el poder anteriormente, con el evento familiar de su nieta política de magnitudes versallescas, con grandes vestidos, espectáculos suntuosos, con un derroche de dinero muy digno para cualquier cumpleaños especial de una jovencita; lo que se manifiesta aquí es la falta de sensibilidad del hijo de AMLO, que es incapaz de mostrar empatía con un discurso que sabe que le pegará a su papá, que no se verá bien y que a sabiendas de todo ello, aún lo hace, aceptando la nula consecuencia o tal vez, importándole nada la opinión del pueblo, ese pueblo que le dio la victoria a su papá.
Creo que las condiciones serán óptimas para la oposición, con un partido en el poder debilitado a su interior, con una candidata ensuciada como lo es Claudia, con un presidente que se va hundiendo en un escenario que por fin le regala una disminución de popularidad, deteriorado a medida de que se acerquen las elecciones, porque será cada vez más evidente su incapacidad de gobernar correctamente.