La arquitectura busca impacto inmediato en quien la admira: Felipe Leal

Ciudad de México.- Como la pintura y la escultura, la arquitectura también es un arte visual, que “comunica y busca un impacto inmediato” en quien la admira, afirmó el arquitecto Felipe Leal, miembro de El Colegio Nacional, coordinador de la mesa dedicada a las Artes visuales y celebrada como parte del ciclo “La arquitectura y las artes”.
De manera presencial en el Aula Mayor de la institución, y vía remota a través de redes sociales, Leal moderó la mesa en la que participaron los artistas plásticos Magali Lara, Jan Hendrix y Damián Ortega, quienes compartieron opiniones acerca de la interacción entre la arquitectura y las artes plásticas.
En casos extremos, dijo Leal, la arquitectura “cae en lo publicitario como consecuencia de la sobreestimulación sensorial del mundo contemporáneo y de las implicaciones económico-políticas que lo rigen”; sin embargo, “el anterior riesgo no avasalla a autores sensibles para profundizar y ofrecernos obras reflexivas y de gran calidad”.
En su intervención, el colegiado afirmó que las relaciones de la arquitectura con las artes plásticas “tiene su origen desde tiempos remotos” y recordó que en Oriente y en Egipto “era práctica habitual decorar los templos y las tumbas con relieves y pinturas murales; mientras que en Grecia y en Roma, “la pintura mural y el mosaico formaban parte fundamental de las decoraciones de los interiores arquitectónicos”.
Más tarde, en el gótico, en Europa, los vitrales “crearon una arquitectura fantástica en los muros y los muros se redujeron a una mínima expresión en la que la luz se convirtió en elemento fundamental. Los vitrales fueron un nuevo soporte para narrar historias y comunicarse. Ellos permiten la representación de las escenas deseadas e incorporan el poderoso elemento que constituye la luz”.
“¿Qué decir de los murales prehispánicos de Bonampak?”, preguntó Leal: “pinturas plasmadas en las paredes interiores de ese recinto maya y si tratamos hacia tiempos más cercanos, si nos acercamos a ellos, llegamos hasta el icónico edificio mural o mural-edificio de la Biblioteca Central de la Ciudad Universitaria de la UNAM, realizada por Juan O’ Gorman”.
En las últimas décadas, por el contrario, “asistimos a un fenómeno contrario”: a la utilización, por parte del artista, “del cuerpo arquitectónico en su beneficio creativo, quien puede intervenir y transformar ese espacio, o sea lo interviene, aunque sea temporalmente, pero esa es la materia con la cual el artista visual trabaja, tomándolo como soporte, como materia de experimentación.
”Los medios son múltiples y pueden ser desde la simple utilización de la arquitectura como tema, a la intervención en el espacio arquitectónico de una manera temporal y modificándolo. En síntesis, las artes visuales se pueden definir como una disciplina o manifestación artística donde las obras son fundamentalmente de naturaleza visual, es decir, son apreciadas a través de la vista. Resulta ser justamente lo que desea Octavio Paz: ‘los privilegios de la vista’”, señaló Felipe Leal.
En su turno, la artista visual Magali Lara hizo “una deriva” a partir de la arquitectura emocional de Mathias Goeritz, de quien, recordó Lara, alguna vez escribió: “sólo recibiendo de la arquitectura emociones verdaderas, el hombre puede volver a considerarla como arte”.
Lara inició su disertación con una anécdota personal, cuando tuvo oportunidad de visitar Estambul “y me quedé muy cerca de la mezquita azul, así que lo primero que hice fue desempacar y correr a estar allá. Y algo cambió en mi percepción sobre la arquitectura. No era únicamente la contemplación del espacio, sino que algo más atravesaba mi cuerpo con la sensación de la alfombra bajo los pies.
”Nunca había sentido esta conexión ante la majestuosidad y la cuestión sagrada y la alfombra muy fina que usan en la mezquita para tocar el piso, ya ven que uno tiene que quitarse los zapatos. Esa percepción para mí cambió radicalmente esta idea de que solamente es verse, también hay cuerpo y podía conectar con lo monumental y lo sagrado o sublime, como diría Goeritz, en mi propio cuerpo”, rememoró.
En tanto, el colegiado Felipe Leal, señaló que el mantenimiento es uno de los grandes problemas de la obra pública. “El espacio público, en todo lo que es público en México, tenemos un problema gravísimo de mantenimiento. Y hay estas luchas de administraciones, en el caso de la librería, evidentemente cambian las autoridades del Fondo de Cultura Económica, cambian los gobiernos, cambian las políticas y el mantenimiento de un bien como ese, no les tiene interés”.
En el mismo caso de desinterés: sucia y abandonada, acusó Hendrix, se encuentra la pieza que elaboró y donó para el Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca, sobre Ejercito Nacional. “Creo que, si uno se mete en la zona pública, de obra pública, tendría que pensar en crear un sistema legal de contratos de mantenimiento”, lamentó el artista.