EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 7 marzo, 2023
- Columnas
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“Vengo por todo, porque comencé sin nada” René Pérez Joglar -Residente-
Reconozco y acepto que en gran medida la llama del deporte se ha vuelto cada vez más intensa y que el amplio mosaico de opciones nos da para elegir lo que más nos guste, agrade y hasta en muchas ocasiones nos identifiquemos. Eso lo celebro, lo aplaudo y lo comparto, pero muchas veces en aquellos los llamados de contacto, no estoy muy certero en que se defina una afinidad cuando irremediablemente se trata de derrotar al adversario a costa de golpearlo tan severamente -en varios casos con secuelas- para demostrar quién se supone es el mejor. Entiendo que los tiempos cambian y las realidades también, que la ficción fue superada por los claros ejemplos de supervivencia deportiva y como en otras épocas y lares, pareciera que es la ley del más fuerte y caray, vaya que lo es! Pero abusados, tampoco despotrico porque estoy consciente de la intensa lucha personal de cada deportista y/o atleta en aras de superación física y mental, que muchas veces lleva consigo una historia de crecimiento a costa de dolor y sufrimiento, siendo así, entonces en los deportes de contacto, el mejor deja vú para muchos peleadores de vida y deportivos. Y antes de entrar en tema, sólo referirme que en lo personal y lo saben porque lo he escrito y dicho miles de veces, me gusta el boxeo y conste que también tiene su peculiaridad de peligro.
Así pues, México ha demostrado a lo largo de la historia ser potencia en deportes de combate, y tampoco ha sido casualidad porque la dedicación, empeño, carisma y la necesidad de incursionar y evolucionar en alguna disciplina, ha llevado a los protagonistas de esas historias, basadas muchas veces en el propio resurgimiento por el tejido social, pues no es casualidad que surjan, se formen y construyan, así como se consoliden y lleguen a la gloria, campeones mundiales y hoy la esfera reluciente está de este lado del país en las artes marciales mixtas, concretamente de la Ultimate Fighting Championship, o sea, la UFC, que es la mayor organización de artes marciales mixtas (MMA) del mundo, donde tienen la mística de que solamente se presentan los mejores peleadores internacionales, especialistas en todo tipo de artes marciales y disciplinas. Y hoy, vale la pena destacar que nuestro país junto con Brasil, son los países que más cinturones de campeones mundiales tienen en UFC en la actualidad. El país sudamericano presume a Alex Pereira, de peso mediano, y a Amanda Nunes, de peso pluma y gallo, como sus campeones. En tanto, Alexa Grasso, de Guadalajara, Jalisco, se sumó a Brandon Moreno, de Tijuana, ambos de peso mosca, y a Yair ‘Pantera’ Rodríguez, de Parral, Chihuahua, peso pluma, como los tres mexicanos campeones mundiales de UFC hasta marzo del 2023. Sin duda una motivación en tiempos de que el deporte en general en nuestra patria está ávido de un rescate inmediato a través de ejemplos de superación personal y colectiva que impacten de manera positiva en el grueso de la población, porque no solo basta esperar y ver cada fin de semana decenas de disciplinas deportivas con altas ilusiones y esperanzas de tener un campeón, ¡uno solo! Ahora la diosa fortuna y esa pequeña porción de suerte que existe en el mundo deportivo nos permite soñar con la fórmula mágica que rompe paradigmas y estereotipos: el trabajo común, da frutos deliciosos y más, sin son con los tres colores nacionales, ningún otro de cualquier otra estirpe.
Fue este sábado que Alexa Grasso hizo historia al vencer a la súper favorita Valentina Shevchenko y convertirse en la primera mexicana campeona de UFC, pero además lo hizo con alto impacto y costa de todo y todos, incluso declaró que es una peleadora que se estrenó, creció y se entrenó en México y que hubo personas que cuando inició con su aventura en los octágonos le decían, ‘no lo vas a lograr, no vas a llegar ahí’, pero que gracias al trabajo en equipo se cristalizaron todos los sueños y derrumbando muros y trincheras, batió cualquier comentarios negativo, porque si bien es cierto que considera a ésta disciplina como la más agresiva, en cualquier momento y situación hay peligro donde sea, por eso, insistió, a través del deporte es la mejor herramienta para erradicar todo tipo de negatividad y que sirva su ejemplo para poder abrir la puerta a todas las mexicanas que vienen detrás. Así que no puede abstenerme de acotar del tema, que se me hace aún más misterioso no sólo por la brutalidad de los golpes, sino porque existe un reglamento que impide algunas cosas más, por ejemplo: dar cabezazos, tirar del pelo o morder, pellizcar o arañar, meter los dedos en el ojo o golpear el ojo de un oponente, meter los dedos en la nariz, boca u orejas del rival golpes en la garganta, cuello, columna vertebral, riñones y determinadas articulaciones, golpear en el área de la ingle y los genitales, agarrarse de los calzones, la camiseta, los guantes, las vendas, y otras como: ataques verbales al adversario, a su esquina o a los árbitros y oficiales, incumplimiento de las instrucciones del árbitro, dar patadas o rodillazos al contrincante caído, proyecciones o derribos hacia el suelo que golpeen al otro en la cabeza, escupir al rival, dar un golpe mientras el árbitro haya indicado una parada. O seaaaaaaaa, lo bueno es que hay límites, sino ¡imagínense!
Con el tercer campeonato mexicano, el presidente de UFC, Dana White, señaló que parece ser el momento para regresar con una función a México, algo que coincide con el anuncio en febrero pasado de la construcción de un Instituto de Rendimiento (UFC Performance Institute) en nuestro país mismo que contará con expertos en los campos de entrenamiento de MMA, fuerza y acondicionamiento, ciencias del deporte, fisioterapia y nutrición, y servirá como centro de entrenamiento para desarrollar y apoyar a los atletas de MMA de México y de la región de Latinoamérica.
Pásenla bien!!!