¿Qué pasará cuando llegue el invierno?
- José Edgar Marín Pérez
- 28 julio, 2022
- Columnas
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Las últimas semanas una nueva especulación ha dominado el ambiente político y económico en Europa, ya que aunque actualmente el viejo continente se encuentra viviendo uno de los veranos más calurosos, no se puede perder de vista que ya estamos por comenzar el octavo mes del año y con ello en poco tiempo llegará el otoño y sucesivamente el invierno, que en muchos países del viejo mundo suelen ser meses sumamente fríos.
Por si esto fuera poco, el temor de los gobiernos de Europa central que en su gran mayoría al comienzo del conflicto entre Rusia y Ucrania se mostraban con una actitud beligerante y altanera en contra de Rusia durante primavera y parte de este verano parece estar menguando, la respuesta es sencilla, más pronto de lo que se espera [5 meses] llegará el crudo invierno y con ello la necesidad de la tan anhelada calefacción hogareña.
Para los que han vívido el frío europeo no me dejarán mentir, que si no se cuenta con el abrigo adecuado el congelamiento puede ser una sensación tan desagradable como si miles de alfileres penetraran por la piel hasta llegar al hueso, una experiencia quizás no muy común para los países que no tenemos inviernos con brutales ventiscas de nieve que en muchas ocasiones bloquean caminos e mantienen confinados a los habitantes de dichas zonas en sus hogares y haciendo uso del preciado gas para el funcionamiento de los sistemas de calefacción.
La nación que primeramente ha mostrado su interés para sortear un eventual cierre de los gasoductos rusos durante el invierno ha sido el gobierno de Alemania, quien por fin pudo respirar la semana pasada, después de que el gasoducto Nord Stream 1 volviera a abrirse al paso del preciado hidrocarburo posterior a un mantenimiento de dos semanas, aunque cabe destacar que dicho gasoducto se encuentra trabajando actualmente únicamente al 40% de su capacidad.
Bajo este tenor, el gobierno alemán ha comenzado a trabajar con sus plantas generadoras de electricidad a través del uso del carbón que resulta ser un alto contaminante, situación que pudiera advertirse como desesperada por el compromiso que había hecho el país teutón de uso de energías limpias durante la cancillería de Angela Merkel.
Asimismo, han proliferado las solicitudes de países como Polonia, Letonia, Lituania y Estonia para que el Gobierno de Estados Unidos suministre gas licuado a estos países de Europa oriental, que dicho sea de paso se encuentran fuertemente enemistados con el gobierno de Vladimir Putin.
Por si esto no fuera poco, la retórica bravucona de los gobiernos de Finlandia y Suecia ha comenzado a mermar, considerando que como países productores de la mezcla Brent del mar del Norte, junto con Noruega tendrían que abastecer prácticamente de forma gratuita a estos países si es que la OTAN les obligará a ello.
Sin embargo, ¿Quiénes perderían más con este conflicto?, a manera de respuesta, serían países con cierta “neutralidad” en el conflicto como República Checa, Hungría, Rumania, España y hasta Holanda pese a la cercanía de esta última con Francia y el gobierno europeo en Bruselas.
Bajo este tenor, no sorprendió la reunión sostenida en Washington entre el rey de España y el presidente Biden, adelantándose el primero de ellos para lograr un acuerdo que le permita a una economía tan vapuleada como la española el hacerle frente a las duras condiciones energéticas que prevalecen en el país ibérico, luego de los altos precios que por energía eléctrica cobra la empresa Iberdrola y que prácticamente tienen en jaque al gobierno de España.
Por si fuera poco, Francia tiene trabajando sus hélices generadoras de energía eólica día y noche desde el mes de abril de este año, no sólo para atender la demanda de sus ciudadanos principalmente de aquellos que viven en la zona norte del país, sino también para tratar de abastecer a su vecina Bélgica y con ello quedar bien con la élite del parlamento europeo.
Finalmente, mientras esto sucede en el grueso de Europa central, el gobierno ruso no da muestras de sus verdaderos planes quizás hasta bien entrado el otoño a finales del mes de octubre, en la que bien podría ser la primera disputa que vuelva aún más helada esta segunda parte de la guerra fría. Sin embargo, mientras esto sucede entre los gobiernos, los ciudadanos continúan preguntándose ¿Qué pasará cuando llegue el invierno?
Twitter: @EdgarMaPe