Ante crisis de Ucrania, AMLO rechaza invasiones

Ciudad de México.- Ante la crisis que se vive en Ucrania, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador afirmó que México, si bien ha llamado a resolver el conflicto por la vía diplomática, “no aceptamos que un país invada a otro”.
Desde Palacio Nacional, el mandatario dejó clara la postura de México en el tema y sostuvo que no hay motivos para que haya una invasión, pues advirtió que sería contraria a derechos internacionales.
“Somos partidarios de la política de no intervención, de la autodeterminación de los pueblos, no queremos invasiones, no aceptamos que un país invada a otro, no hay razón, es contrario al derecho internacional de las naciones”, mencionó.
Asimismo, respaldó la postura de México ante la ONU, ya que el pasado 17 de febrero el representante de nuestro país, Juan Ramón de la Fuente, ante el Consejo de Seguridad, urgió a todos los involucrados en el conflicto ruso-ucraniano a enviar una señal clara que revierta las tensiones en la región y dé paso a la diplomacia formal como única vía para resolver esta crisis.
Asimismo, el pasado martes, la representante permanente alterna en la Misión de México ante la ONU, Alicia Buenrostro Massieu, llamó de nueva cuenta a Rusia y Ucrania a dejar a un lado acciones que pudieran agravar en el corto plazo la crisis y concentrarse en el diálogo como única vía para resolver el conflicto entre ambas partes.
“Esa es la política que México ha sostenido, es lo que planteó nuestro representante ante la ONU y que coincide con lo propuesta por el secretario de la ONU”, destacó López Obrador esta mañana.
Cabe mencionar que ayer el presidente Joe Biden afirmó que con el reconocimiento que Rusia hizo de las regiones separatistas y el envío de tropas a éstas, Rusia inició la invasión a Ucrania.
El pasado lunes, el presidente ruso, Vladímir Putin, dio un paso crítico en la confrontación con Ucrania y con Occidente al ordenar el envío de tropas rusas a las regiones separatistas del este de la exrepública soviética.
El contexto de ésta crisis es la negativa rusa a aceptar el acercamiento de la OTAN y de la Unión Europea a la exrepública soviética, a la que Moscú considera parte de su identidad y de su espacio de influencia.