GRILLANDO
- José Elías Nader Mata
- 21 enero, 2022
- Columnas
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El mundo cambio en su totalidad hace poco más de dos años, un virus desconocido nos hizo transformarnos y vivir tiempos que han sido complicados, equiparables a sucesos históricos como las guerras mundiales que cambiaron a todo el planeta y a la humidad.
El COVID-19 está lejos de irse, inclusive es un hecho que se quede para siempre y por ende tendremos que aprender a vivir con él y sus diferentes oleadas que se definen por variantes nuevas como el Ómicron o la Delta que constantemente nos recuerdan la delgada línea entre la salud y la enfermedad o la vida y la muerte.
Y precisamente en esa delgada línea es donde millones de familias en todo el planeta han vivido historias trágicas por el fallecimiento de seres queridos de manera inesperada, de ahí a que más que nunca tenemos que ser empáticos con los momentos que vive la humanidad.
Ayer México rompió récord de casos de contagios de COVID-19 con 50 mil 373 y 278 muertes, algo que en lo personal no me sorprende pues finalmente era la tendencia que hace un par de meses veíamos en otros países en los que inclusive el número de contagios por día era mucho mayor y eso que allá si hacen pruebas.
Sin embargo, tendremos que seguir adelante pues en México vivimos al día y hay que llevar el sustento a nuestros hogares, eso sí, privilegiando nuestra salud y siguiendo las medidas sanitarias para tratar de disminuir lo más posible los contagios y las muertes.
Y ya que hablamos de este virus que le está pegando a todo el mundo, ayer el Gobernador del Estado de México, ALFREDO DEL MAZO MAZA informó que dio positivo a COVID por lo que permanecerá aislado y seguirá atento a los asuntos relevantes de la entidad ya que sus síntomas son leves por lo que espera salir pronto y retomar actividades, no sin antes hacer el llamado a seguir cuidando a nuestras familias.
Así que desde estas líneas deseamos pronta recuperación al gobernador DEL MAZO y de paso a todos los amigos, que son muchos, que están padeciendo este virus, que su salud se reestablezca pronto y que regresen con toda la fuerza a sus actividades pues al final debemos recordar que la vida sigue y que en la vida se tiene que luchar para salir adelante.
LA GRÁFICA DE HOY
Del fotógrafo JAIME ARRIAGA, es de las enormes filas que se están haciendo en los centros de salud del Valle de Toluca para poderse hacer una prueba para detectar el COVID-19, un verdadero calvario para aquellos que se sienten mal o para quienes necesitan tener el documento por algún tema laboral o personal.
Y es que, mientras que la Organización Mundial de la Salud ha hecho énfasis a los gobiernos para realizar el mayor número de pruebas para controlar la transmisión, en México tenemos todo lo contrario pues el mensaje de nuestras autoridades que al primer malestar uno se encierre, algo ilógico en una nación donde la mayoría tenemos que trabajar todos los días para salir adelante.
Para darnos una idea, según la plataforma Our World in Data, de la Universidad de Oxford, en México se realizan en promedio 122 pruebas por millón de habitantes, mientras que en Reino Unido se hacen 20 mil pruebas por millón, es decir, una diferencia abismal que no nos permite saber a la fecha el número real de contagios y mucho menos de muertos.
Así que mientras las autoridades dan sus cifras alegres, podemos entender que el impacto de la pandemia en México es mayor en todos los sentidos, en el humano, en el de salud o el económico, entre otros, algo evidente que han preferido maquillar para que no se debilite la imagen de nuestras autoridades por el manejo y control del virus.
Ni hablar, mientras en otros países existen facilidades para realizarse una prueba de COVID-19, en México tendremos que seguirlas pagando caras o de plano pasar el viacrucis de lo que representa ir a una institución pública de salud en la que hay que estar parados por horas, sin sana distancia y aguantando malos tratos, algo que insisto, es lamentable.
Y VA DE CUENTO
En una calle de Tenancingo un hombre vendía un periquito muy hablador y le explica a un joven de nombre LEO DÍAZ: Mire, este periquito tiene dos colores, uno en cada pata. Si levanta la pata roja habla inglés y si levanta la azul, habla francés.
A lo que LEO pregunta: ¿Y si levanta las dos patas al mismo tiempo?
Y antes de que el vendedor responda le dice el periquito: ¡Pues me caigo, idiota!
HASTA mañana con más GRILLANDO. Comentarios en Twitter en @pepenader y en [email protected]