Un mundo de machos
- Elva María Maya Marquez
- 17 noviembre, 2021
- Columnas
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Que extraño es tratar de entender cómo es que una frase tan sencilla y a veces enternecedora como: “fue niño”, determina gran parte de tu vida. Que la llegada de un ser humano a este mundo bajo el sexo masculino sin saberlo, sea la llave de acceso a mejores oportunidades y mejor trato en diferentes espacios como la escuela, donde los maestros les destinan más tiempo y atención en clases como matemáticas o física porque los hombres son mejores para las cuestiones numéricas ¿Por qué? No lo sabemos, pero el discurso se repitió tantas veces que sin que haya una evidencia científica que lo respalde, se asume que es así.
La sociedad parece estar configurada para los hombres, los mejores lugares están reservados para ellos, no lo decidieron, nadie les preguntó, pero así es, su sexo los coloca en un lugar de privilegio, pero precisamente es lo que hace falta cuestionarse, cuál es el costo de esos privilegios y cuáles son las consecuencias que se debe pagar en algunas ocasiones por los mismos.
Por el simple hecho de ser hombres, se espera que sean fuertes, que no lloren, que no se equivoquen, que sean exitosos en el campo que se desempeñan, que no sientan miedo, se espera que sean cien por ciento racionales, no emocionales, los hombres también pelean, toman mucho alcohol y tienen mucho sexo, ese es el estereotipo de los hombres, ese que ha existido por décadas, que se ha construido socialmente a través de la televisión, del cine, y que se ha convertido en el modelo a seguir pero no significa que sea el mejor o el único.
¿Por qué permitir una serie de imposiciones? ¿Por qué verse obligados a cumplir un catálogo de requerimientos sociales? ¿Realmente quieren ser hombres de la manera socialmente establecida y que nadie les preguntó? ¿Qué tanto “privilegio” existe en apegarse a un estereotipo que los limita socialmente? ¿Hasta cuándo piensan expresar abiertamente lo que sienten? ¿Hasta cuándo dejarán que se les vea en un papel de proveedores por excelencia? ¿Realmente están conformes con este rol que los excluye de otras actividades? pero recuerden que esto es parte de sus privilegios.
Más allá de los temas electorales, que si la vacunación a los adolescentes de 15 años, que el presupuesto de egresos 2022, todo eso y más, no da lugar a temas cotidianos igual de importantes, que parecen muy personales, muy íntimos pero que como sociedad nos terminan impactando. Pensar en una sociedad más justa e igualitaria, requiere reconocer las desigualdades que imperan en sociedad y en vísperas del día internacional del hombre, el cual se conmemora desde 1999, el 19 de noviembre, es importante retomar el tema y recordar que dentro de los objetivos de este día internacional, están la salud de los hombres y del niño, la promoción de una mayor igualdad de género, así como modelos masculinos positivos, es decir, dejar atrás estos modos violentos en los que se relacionan frecuentemente los hombres, tratando de mostrar autoridad y poder pero que al final, nos terminan haciendo daño a todos.
Es importante señalar que este día no se pretende igualar ni competir con los reclamos de la lucha del género femenino por la igualdad, sino destacar el rol positivo que pueden encarnar los hombres en la sociedad. Es un hecho que en nuestra sociedad sigue permeando el machismo, es decir, aquellas conductas y comportamientos que promueven, reproducen y refuerzan formas discriminatorias contra las mujeres, pero no se puede generalizar, existen hombres que han reconocido su posición de privilegio y están dispuestos a desaprender todo ello que ni una mujer ni una familia les enseñó, sino una sociedad.
El mundo no es para los hombres o para los machos, es para seres humanos que tienen derecho a sentirse libres y que más allá del sexo, género e identidad sexual, puedan ser como ellos quieran, que se comporten como lo desean sin tener la presión de seguir un guion y de cumplir con expectativas absurdas, si se educa en libertad y con respeto, esta sociedad puede ser un lugar mejor.