EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 15 junio, 2021
- Columnas
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Solo con la prudencia, la sabiduría y la destreza se logran grandes fines y se superan los obstáculos. Sin estas cualidades nada tiene éxito. Napoleón Bonaparte.
La ilógica es más poderosa que las buenas acciones y costumbres, la pequeña y baja capacidad de conducirse es celebrada por aquellos que son maniatados y sobajados, empero existen límites y reacciones ante los abusos, la cobardía, la resistencia y el silencio. El respeto lleva implícito un orden, seguimiento y una celebración de unión, cuando esta se fractura termina rompiéndose y se vuelve atroz, férrea y saltan a la luz los disfraces de buena voluntad, de sonrisas fingidas, de demonios envueltos en papel celofán con todo y moño, de “buenas intenciones” que sólo se identifican como los quedabien, el complejo de inferioridad y maltrato salta a la vista, como si se desquitaran de la vida o incluso de quienes no tienen ni pueden defenderse, pero nadie está sólo por completo, existen personas con luz propia, con experiencia y aplomo, con madurez para afrontar, recomponer y seguir líneas del buen ejemplo y mejor vivir. Bien dice el adagio: ¡¡¡Vive y deja vivir!!! pero infortunadamente existen quienes se ponen frenos a la vida y colocan rocas a cada paso de los demás, sin embargo, nada es imposible, podrá resultar difícil, pero con rendirse, buscar y encontrar a las personas correctas es como se avanza y crece. Nadie dijo que crecer no duele, pero tampoco es para ser lastimados, humillados y pisoteados, y mucho menos por alguien “cercano” Las consecuencias a veces son caras y el aprendizaje deja alta huella para el resto de la vida y aprendes a sobrellevarla porque la vuelta de la vida es una rueda que siempre se encuentra en constante movimiento…
Y así está el pueblo brasileño en estos momentos donde su gobierno y federación de futbol decidieron absorber la Copa América aún a sabiendas de que la pandemia de la COVID-19 está azotando a ese país y que pese a los comentarios y realidades que se han vertido, las “autoridades” o quienes se sienten líderes, no son capaces de poner un alto, un freno y mucho menos una solución al respecto. No es cuestión de entender que tanto tienen que soportar los cariocas, eso sí es lógico de entender y saber y reaccionar, porque por encima de todo está la vida primero, la familia y por ende lo demás, entonces cuando ocurren este tipo de situaciones, donde lo negativo rebasa y por mucho la humildad se crean caos, destrucciones masivas, devastaciones por acá y por acullá, pero también están aquellos momentos donde se quiera o no, se aceptan las condiciones para llevar a cabo dicho certamen. Éste pasa, futbolísticamente hablando, con temor de contagios, de hecho los hay, los representativos que han acudido a la cita, no confían plenamente en la capacidad de cuidados, el plan sanitario es menor a lo planeado aun cuando se dice que existe todo para remediarlo, pero es inaudito que se diga eso cuando no se han llevado a cabo las jornadas de vacunación, por eso Argentina declinó al último momento ser sede del certamen y a pesar de los disturbios y reacciones en cadena prefirieron la cancelación por la vida y no la exposición ni propagación del virus.
Mientras tanto, del otro lado del mundo, allá en Japón, con todo y los elementos de planeación estratégica para tratar de erradicar el mal, aún no están al cien, aunque se sabe que ya están al límite por conseguir un buen trato, una magnífica intervención y una protección adecuada para los Juegos Olímpicos, para que los atletas, deportistas y quienes estén y puedan y deban asistir lo hagan con la confianza que esto representa, por supuesto que sabemos de antemano que hay y existirá una burbuja de donde habrá que seguir al pie de la letra los mecanismos instalados y las propuestas de mejora para una mejor convivencia y sanidad de la justa, eso es el buen camino y la adecuada visión para la protección de la humanidad.
Vaya ejemplos que hoy toco en este Valle, pero es imposible no hacerlo, y máxime cuando somos testigos reales y fehacientes de cuanto ocurre a nuestro alrededor, ya ven, acá de este lado con el semáforo verde todo parece fantástico, y no hay nada más en este momento que deseo que así sea, pero tiene muchas aristas por donde se le vea. Ojalá que todo salga como se ha soñado, que eso signifique el rescate de las buenas costumbres, valores y que comulguen con los códigos de conducta y ética que implica cada acción en cada terreno donde por supuesto el mundo deportivo es sin duda un parámetro de altas expectativas donde circulan las esperanzas de millones de personas alrededor del mundo y si a esto le añadimos una vacuna, sin lugar a dudas tendremos un mejor mañana. Por el momento lo que nos resta es hacer lo menos posible conflictos sin ton ni son, aceptar y reconocer que siempre se puede algo mejor para mañana, que el sol sale para todos, que la oscuridad es tan solo un respiro y que quizás pueda ser el último, entonces conduzcámonos con hilo de alegría y con eso abarrotemos de buena voluntad lo que nos ha tocado. Hoy están nuestros hermanos brasileiros bregando quizá contracorriente, pero lo hacen unidos y esperanzados; los japoneses se encuentran divididos entre la proximidad de la justa olímpica y el rescate de la vida; y nosotros, seguimos al son que nos toquen, porque sabemos bailar lo que nos pongan y cómo lo hagan…
¡¡¡Pásenla bien!!!