Ruta 2021
Menos de cincuenta días para el 6 de junio, 300 diputados por el principio de mayoría relativa y 200 diputaciones por representación proporcional a nivel federal. Asimismo, 15 gubernaturas, 30 renovaciones de congresos locales con 642 diputaciones de mayoría relativa, 421 de representación proporcional, 1923 presidencias municipales, 2057 sindicaturas, 1422 regidurías y 204 concejalías, 431 cargos auxiliares conformados por 22 presidencias, 22 sindicaturas y 88 regidurías, todas de juntas municipales y 299 presidencias de comunidad. Lo anterior, “se resume” en 19 mil, 915 cargos locales.
Esto “dividido” en 10 Partidos Políticos; Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Movimiento Ciudadano (MC), Morena, Partido Encuentro Solidario (PES), Redes Sociales Progresistas (RSP), Fuerza por México, un árbitro electoral que resulta que ya es jugador (INE) y una lista nominal de 93 millones 976 mil 391 ciudadanas y ciudadanos.
¿Se agobiaron con tantas cifras? ¿Se confunden con este tipo de información? Yo también. El año electoral se ha convertido en un año estresante, un año que deseas que inicie para que termine lo antes posible resultado de candidaturas con nulo contenido político y sí, con muy poca vergüenza para hacer el ridículo bailando y diciendo cuanta estupidez se les ocurre con tal de ganar votos.
PAN, PRI y PRD ¿Qué los une? Si la respuesta fue el bien común o un interés genuino por los ciudadanos y las ciudadanas, evidentemente se equivocaron, sus acciones dicen otra cosa. Lo que parece unirles es un objetivo en común, el poder para poder, donde no alcanzan a ver que hay sumas que restan y que si realmente desean que les toque algo, tendrían que sumar fortalezas y no debilidades.
En algunos casos, los menos, la preocupación por el rumbo del país puede ser genuina ante decisiones que generan incertidumbre como la creación del Padrón Nacional de Telefonía Móvil, o la propuesta para extender el periodo del presidente de la Suprema Corte para intentar asegurar un poder judicial a fin de los proyectos del presidente ¿A esto se refiere AMLO cuando dice “no somos iguales”? ¿Esto es parte del proyecto de “regeneración nacional”? con esto, lo único que hacen es recordarnos que “los de ahora” no son diferentes a los de “antes”, esos de los que todas las mañanas escuchamos denostaciones, hacían exactamente lo mismo para orquestar iniciativas.
Lo más grave es lo que hay de fondo, la norma se está violando abiertamente, y esta irregularidad se intenta justificar con “la necesidad” de contar con un poder judicial que permita llevar a cabo los cambios que pretende implementar el gobierno de la 4T. Este tipo de prácticas es indecente, y quien habla de moral, se contradice, el fin no justifica los medios. Este tipo de acciones terminan por pervertir los mejores propósitos y buenas intenciones. De seguir con algo así, tanto la imagen del presidente como la del ministro Zaldívar, quedará totalmente desprestigiada.
En todo esto ¿Dónde están los ciudadanos? ¿Dónde se siente usted que está leyendo esto? ¿Qué incentivos tiene para salir a votar? ¿Qué podemos evaluar en los candidatos? El color de partido es Tutti frutti, la ideología ya ni sus miembros la tienen clara, y aunque se rasguen las vestiduras argumentando que no todos son iguales, la verdad es que como se parecen.
Lo que hoy se ve es una coalición inédita que está echando mano de lo que sea y se resume en todos contra Morena. Tres fuerzas políticas que desde hace tiempo dejaron de serlo pero que siguen unidas con el firme deseo de llegar al poder y al dinero. Lo que une a estos partidos citando a José Luis Borges, “no es el amor, sino el espanto”.
Las elecciones son importantes en sí mismas, pero bajo las actuales condiciones más que alentar a la ciudadanía a participar, se logra todo lo contrario. El país que ven los actuales candidatos no es el país que somos. Lo que necesitamos es una ruta distinta para este difícil 2021. Finalmente, es necesario reconocer que si México no avanza no solo es por tener “malos gobernantes”, también es por tener “malos ciudadanos”.