El paco en Argentina, la droga de los olvidados
- José Edgar Marín Pérez
- 19 noviembre, 2020
- Columnas
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Como cientista social siempre he sentido un interés particular hacia ciertos grupos vulnerables, la finalidad de ésta Trinchera Global no solamente es estudiar cómo se desarrollan las relaciones internacionales, sino también exponer problemas sociales que afectan a aquellos que el poeta Jaime Sabines denominó como: “los condenados a vida”, es por ello que anteriormente hemos escrito sobre los migrantes hondureños, los enfermos de SIDA en Sudáfrica, los “chalecos amarillos” de Francia, sólo por mencionar algunos. Bajo este tenor, hoy hablaremos de otra realidad lacerante “los consumidores de paco en Argentina”.
Pero, ¿Qué es el paco?. En este orden de ideas, “es un droga sumamente potente y adictiva producto del desperdicio del proceso de elaboración del clorhidrato de cocaína, mezclado con acetona o éter, ácido hidroclórico y permanganato de potasio, a diferencia del crack que es clorhidrato de cocaína mezclada con bicarbonato de sodio” (Garibotto & Blickman, 2006, p. 7). De lo anterior, se resalta que el paco es el sobrante (lo que queda en las ollas de cocción) después del proceso de elaboración de la cocaína, es decir, es un enervante que al combinarse con otras sustancias pierde su “pureza”, motivo por el cual disminuye su costo.
El consumo de paco en Argentina se exacerbó a partir de la crisis económica y política que vivió el país del Cono Sur en el año 2001 (situación que detonó que hubiera cuatro titulares del ejecutivo en menos de dos meses), proceso social que desencadenó que muchas personas que lo perdieron todo a raíz de dicha inestabilidad, cayeran presas del paco por la desesperada situación en la que se encontraban. Bajo este tenor, Hugo Adrián Morales opina que el problema del paco es que éste se ha convertido en un “emergente social de determinadas políticas, económicas sociales, que arrastraron a gran parte de la población a vivir en condiciones de extrema pobreza y marginalidad”(Morales, 2009, p. 158).
No obstante, ¿Cuál es la procedencia del paco que está inundando las calles argentinas?, para muchos mercados del tráfico de drogas a nivel internacional las principales fuentes en la producción de cocaína son Colombia y Perú. Sin embargo, el insumo necesario para procesar el paco (pasta base de cocaína) está llegando a tierra gaucha a través de Bolivia (país en donde el cultivo de hoja de coca es legal), encontrando en la capital Buenos Aires múltiples laboratorios clandestinos destinados a la elaboración de paco, que dicho sea de paso, actualmente están incorporando en su elaboración sustancias como: efedrina, queroseno, vidrio en polvo o veneno para ratas.
Siguiendo este orden de ideas, ¿Cuál ha sido la clave del “éxito”, en la comercialización de paco en Argentina?, la respuesta la encontramos en dos aspectos, el primero de ellos es la por forma de su consumo que a diferencia de otras drogas como la heroína no es inyectable, por lo que al ser fumada disminuye el pánico en la transmisión vía intravenosa de VIH o Hepatitis C; el segundo ha sido lo barato de las dosis a comparación de otras sustancias, que pueden ir de los cinco a los diez pesos argentinos.
Una droga sumamente adictiva que lleva a “los paqueros” de la euforia, a la angustia, pasando por la psicosis, la alucinación y la agresividad, detonando no sólo la comisión de conductas antisociales, sino también la conformación de las denominadas “villas miseria” (comunidades urbanas donde se fuma paco), toda vez que de acuerdo a la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD, 2011), la adicción se da en un término de tres semanas posteriores a la primer aspiración.
Una situación por demás preocupante, toda vez que de acuerdo a la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina, hasta 2017 el consumo de paco en este país había superado a drogas como la heroína, el opio o el crack(SEDRONAR, 2017, pp. 19-20).
Lo anterior, enciende nuevamente los focos rojos en un país con una gran crisis de legitimidad por parte del gobierno presidencial, con un endeudamiento ante el FMI insostenible y con la segunda mayor inflación del continente americano, por lo que el paco la droga de los olvidados en un mundo de “consumo y humo” como decía el también poeta Mario Benedetti, amenaza con seguir envileciendo a miles de argentinos que más que del tercer mundo parecieran ya del otro mundo.
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Referencias:
CICAD. (2011). Cocaína “Paco”. Paramaribo, Surinam: CICAD, OEA.
Garibotto, G., & Blickman, T. (2006). El paco bajo la lupa. El mercado de la pasta base de cocaína en el Cono Sur. Drogas y conflicto. Documentos de debate (14).
Morales, H. A. (2009). El consumo de paco en la Argentina. Revista Electrónica de Psicología Política , 7 (21), 157-169.
SEDRONAR. (2017). Estudio Nacional en población de 12 a 65 años, sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas. Buenos Aires: Presidencia de la Nación.