CONTRALOR DE LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MEXICO, EL JACOBINO DE LOS ENCARGOS ETERNOS

Dicen los que saben que “en política la forma es fondo”. El Dr. Victorino Barrios Dávalos había sido pre-seleccionado para ser Contralor de la Máxima Casa de Estudios desde mucho antes. Las pataletas o resistencias que velaban por la autonomía institucional, eran sinfonías adivinadas.
La convocatoria pública para, dizque seleccionar a quien cubriera el perfil para el nuevo encarte, estaba más que cocinada meses atrás de su publicación. Lo demás fue mero formalismo; artificio para imponer una soberbia voluntad política.
Pobres de aquellos aspirantes a Contralor que, antes y después de él, ingresaron su documentación porque, aunque tuvo el cuidado de registrarse en el discreto quinto lugar de los “aspirantes”, entre esa veintena, la actual Legislatura mexiquense hizo valer su tesón para ver cómo se pronunciaban en forma “unánime” por el guerrerence y economista Victorino Barrios.
Durante algunos años se le asoció al PRD y al PT, pero como ahora esos dos partidos no le abonan a su presunta causa, ha preferido los brazos de líderes morenistas, tanto locales como nacionales.
Al flamante contralor Barrios le gustan los cargos de duración prolongada; esos puestos que se van apolillando año tras año pero que cómodamente le permiten negociar con distintas fuerzas políticas, según despache la fresca brisa de la “consideración” o cultive el amparo subterráneo. Quienes le conocen de cerca, dicen que es un mago para sepultar expedientes a voluntad, con el único propósito de sembrar ventajosas deudas a perpetuidad, mismas que explican esos casi 16 años como Contralor del Poder Legislativo de la entidad. ¿Cuánto vio pasar legislatura tras legislatura? ¿Ante quién fue magnánimo perdonándole lo que sabía y por qué?
Es cierto que tiende a aceptar encargos que le brinden estabilidad, manejando la bandera de “incorruptible” y poseedor de una arqueológica espada que hace caer a quien le interesa, según las fobias que habitan en su maleable corazón político. ¿Quiénes seguirán agradecidos con el Robespierre guerrerence que llegó cuando era niño al pueblo de Tonatico, en busca de oficio? ¿Estamos frente a nuevo jacobino dentro de la universidad mexiquense, empeñado en sembrar el terror para garantizar su permanencia durante otros 15 años?Quizá dentro de poco tiempo, la comunidad universitaria verá inscrita una placa en el Edificio Administrativo, cerca de la oficina del Contralor rezando: “Toda institución que no suponga que el pueblo es bueno y el universitario corruptible, es viciosa”.
Si como un día lo dijo el mismísimo Dr. en Ciencias Políticas por la Universidad de la Habana, se considera mejor panadero que contralor, entonces alguien debería enterar al rector o bien al Consejo Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de México, que para congraciarse con el nuevo contralor, le pongan sus oficinas en Tonatico, para que desde ese cálido lugar, a un costadito de su panadería, resuelva con tranquilidad y alegría su labor profesional como perpetuo Contralor.
Así las cosas ilustre lector, que para nada son benéficas para nuestra Máxima Casa de Estudios, una de las más grandes e importantes no solo del país, sino de todo el continente, que además se atente en contra de la autonomía universitaria que por ley a pulso se ganaron desde hace más de tres cuartos de siglo los Uaemitas, para tener que aceptar y solapar imposiciones de este tipo, ojalá y se tomen las cosas en serio y pongan a alguien del nivel requerido por la Universidad Autónoma del Estado de México: HASTA AQUÍ MIS LINEAS…
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