La relevancia de FRENA
- Elva María Maya Marquez
- 9 octubre, 2020
- Columnas
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Todo comenzó así…. Con lo que parecía una simple y hasta poco relevante caravana de autos en diferentes estados de la república recorriendo las calles para exigir la renuncia del presidente Andrés Manuel López Obrador. Ciudadanos integrantes del Frente Nacional Anti-AMLO (FRENA), quienes se describen como un movimiento social de los mexicanos que pagan impuestos, que actúan como mandantes constitucionales de los servidores públicos y subrayan, que se sienten los dueños de México.
FRENA, se asume como un movimiento pacífico que actúa para quitar al actual presidente del gobierno por medio de herramientas jurídicas y presión social, sin embargo, los videos que se pueden observar en redes sociales y en algunas entrevistas, empezando por su líder visible, Gilberto Lozano, no parecen ser parte de un movimiento pacífico. Asimismo, se nombran como un movimiento inclusivo, pero no queda clara esa inclusión ante declaraciones de discriminación hacia los gay’s, discursos racistas y xenofobia en contra de los centro americanos.
Gilberto Lozano, tiene un origen empresarial, exdirector corporativo del Fondo Económico Mexicano (FEMSA) y se presume que guarda una relación directa con grupos empresariales de Monterrey, quienes posiblemente patrocinen este movimiento. Otro factor a considerar es el elemento religioso que puede venir del alto clero político en contra de esta inclinación del presidente por los grupos evangélicos y cristianos. El movimiento es una combinación de elementos empresariales y religiosos, que, si bien no pueden considerarse como un agente de peligro, sí, de bastante cuidado.
La realidad muestra que numéricamente el movimiento no es tan grande como se busca hacer creer, pero nunca se habían visto tan pocas personas con tanta atención y pese a todo, han logrado atraer los reflectores de la opinión pública, no obstante, este grupo de personas no tienen una agenda política más que la destitución del presidente, y entre algunos de los pocos que ocupan las casas de campaña, parece existir cierta confusión sobre la causa que defienden.
El pasado martes se dio un hecho que parece irrisorio y que comprueba que las casas de campaña en su mayoría, se encuentran vacías, ya que por un momento el movimiento cobro vuelo, ante los fuertes vientos, las coloridas casas se elevaron por los aires, pero una vez que aterrizaron, también debemos aterrizar a la realidad, y pensar que es lo que podemos esperar de este movimiento, y que tan conveniente resulta que ante la ausencia de una oposición real, se cuente con discursos de odio que ante la inconformidad con el gobierno, puede crecer para adherir y aglutinar ese cúmulo de rencores y descontento que más que nunca están presentes en el sentir de los mexicanos.
A lo anterior, se puede sumar el desafortunado comentario del escritor Francisco Martín Moreno, quien fue Premio Nacional de Periodismo y declaró que, si pudiera, quemaría vivos a los integrantes de Morena. Es ineludible oponerse al discurso basado en el odio y los prejuicios y, ser responsables cuando se tiene acceso a un público más amplio, si bien se tiene derecho a expresarse, a la libre manifestación de ideas, también se debe considerar que este tipo de declaraciones atenta contra los valores democráticos de nuestro país.
Actualmente no se cuenta con una oposición real. México necesita una buena oposición, la diversidad nos hace más fuertes y la historia nos ha enseñado que si el poder se concentra en una sola persona, las cosas no salen bien. En una democracia todos debemos participar en igualdad de condiciones, no hay cabida para ciudadanos de primera y de segunda. La mayoría coincidimos en querer gente más capaz en el gobierno, pero esto, no parece ser la mejor manera de promoverlo.
P.D. como si este movimiento no fuera suficiente, el presidente anunció lo que puede ser una especie de FRENA II, así que esta historia, continuará…