La región del Donbass ucraniano, crónica de un pueblo dividido
- José Edgar Marín Pérez
- 27 agosto, 2020
- Columnas
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Cuando se habla de polarización ideológica se tiene la perspectiva de la existencia de un disenso que evita la homogeneidad en cuando al pensamiento político se refiere, constantemente se escucha en los medios de comunicación respecto a si un determinado actor político promueve la polarización de la opinión pública, lo que en muchas ocasiones enriquece el debate de las ideas. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando esa polarización se convierte en ruptura o fragmentación, no sólo de las perspectivas doctrinales sino de la cohesión social?, Ucrania es una nación de Europa Oriental que desde los albores de los años 90’s del pasado siglo XX, amanece cada día con un creciente conflicto interno con Rusia (de la cual formó parte en los tiempos de la Unión Soviética), pero también entre sus connacionales (estando en más de una ocasión al borde de una guerra civil).
Para comprender las raíces de la animadversión ucraniano – rusa, habría que recordar el pasado zarista de Ucrania y la posterior anexión a la URSS con la revolución bolchevique de 1917, a partir de ese momento creció en Ucrania una animadversión por las políticas stalinistas de persecución (pese a que Ucrania siempre fue reconocida como república dentro de una Unión, estatus que compartió con otros territorios anexados como Lituania, Letonia, Estonia o Georgia, por citar algunos), la colaboración de ciertos sectores ucranianos con la Alemania nazi durante la Operación Barbarroja que pretendió invadir Rusia, así como el desastre nuclear soviético con la explosión de la planta de Chernobyl en suelo ucraniano y las miles de vidas que cobró, hecho que para múltiples estudiosos de la Ciencia Política significó el inicio de la caída del bloque socialista y del entonces Pacto de Varsovia.
En este contexto, con la entrada en vigor de la Perestroika y la Glasnot, una de las estocadas finales para la extinta URSS fue la Declaración de Soberanía Estatal de Ucrania, firmada por su parlamento el 16 de julio de 1990, iniciando desde entonces una intrincada relación de vecindad y tensión con la actual Federación Rusa.
No obstante, ¿Cuál es la importancia de Ucrania, particularmente de la región del Donbass para Rusia?, pues bien, tal y como ha sido comentado en otras contribuciones de Trinchera Global, Ucrania se encuentra situada entre Rusia y Europa, durante muchos años los ucranianos han tenido dos riquezas estratégicas para ambas regiones, por un lado la producción de gas se vende a gran parte de Europa Central y Oriental (la cual se ha reducido después de la anexión rusa del territorio de Crimea), mientras que el segundo es la agricultura, el Donbass es considerado como el granero de Europa, una región que exporta gran cantidad de granos y cereales como el trigo, la avena y la cebada; por mencionar algunos, a dicho continente, pero que también hace lo mismo con Rusia, productos necesarios para la alimentación, así como para la industria cervecera de países como Alemania, República Checa, Bélgica, o bien, para la producción de la rentable industria del vodka finlandés, polaco y particularmente ruso (recordando la alta tasa de alcoholismo del país más grande del mundo). Por lo que, en términos geopolíticos y geoestratégicos, la región del Dobass podría convertirse en un oasis alimentario en tiempos de escases, o bien, en caso de otra crisis bélica o sanitaria como la que nos encontramos viviendo a nivel mundial con el COVID-19.
En este sentido, después de las manifestaciones multitudinarias del “Euromaidán” de 2013 – 2014, que enfrentara a los europeístas y nacionalistas frente a los prorrusos como el depuesto presidente Víktor Yanukóvich, así como la posterior anexión rusa de Crimea, que garantizó el control del gobierno de Vladimir Putin sobre el estrecho de Kerch, el Mar Negro y el Mar de Azov, para el libre paso de sus barcos petroleros; se ha venido gestando un creciente nacionalismo en Ucrania, situación que ha sido aprovechada por grupos radicales de ultra izquierda pero también de ultra derecha, que ha gestado que la población se arme y tome instrucción militar para estar preparados para una eventual invasión o tensión bélica con Rusia.
Bajo este tenor, la rispidez en esta región ha crecido propiciada también por el acercamiento del establishment ucraniano con los líderes de la Unión Europea y de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y las pugnas para que el país oriental forme parte de la Unión, es decir, que no solamente se encuentre ligada a ésta a través de la Política Europea de Vecindad, sino que por medio de una pertenencia a la Unión pueda mantenerse a Rusia lejos del Donbass, idea que fue apoyada en su momento por el hoy candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el partido demócrata, Joe Biden, situación que no ha sido prioritaria para el presidente Donald Trump, recordando la “bondadosa” relación que ha llevado éste con el presidente Vladimir Putin.
Finalmente, lo que más debiera preocupar al mundo respecto a este estira y afloja con relación al Donbass, es precisamente la gestación de un ODIO exacerbado entre nacionalistas y prorrusos, recordando que a la luz de lo expuesto por el Premio Nobel de Economía, Friedrich Agust von Hayek, en su obra “Caminos de Servidumbre”, los nacionalismos sean de izquierda o derecha gestan por igual gobiernos totalitarios, aflorando con ello las miserias humanas.
Twitter: @EdgarMaPe