Gobierno digital
- Luis Eduardo Mejia Pedrero
- 3 agosto, 2020
- Columnas
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Debido a las restricciones impuestas por la pandemia del COVID19, aunque lamentablemente con cumplidas cabalmente por la ciudadanía, abundan los artículos y foros en donde se difunde ampliamente información sobre el “Home Office”, trabajo en casa o teletrabajo, así como el éxito de empresas de logística como Amazon, Uber u otras que debido a las restricciones de movilidad han crecido notoriamente, así como aquellas que han explotado sus portales en la Web para las ventas.
Sin embargo, la pandemia sorprendió mal parado al gobierno en sus tres ámbitos en lo que se refiere a la atención a la ciudadanía. Antes de la pandemia quizá todos recordamos el último trámite realizado y probablemente no se un recuerdo feliz. Según un estudio del BID la población de América Latina y el Caribe sufre con los trámites, y mucho. En una encuesta realizada por dicha institución en hogares de 22 países y una encuesta a funcionarios públicos se detectó que en promedio se dedican más de cinco horas por cada trámite, en el país más lento, alrededor de once horas y en el más rápido cerca de dos. Los ciudadanos se la pasan yendo y viniendo de las oficinas públicas debido a que casi el 90 % de los trámites se hacen de manera presencial y apenas la mitad de los trámites se resuelven en una sola visita, mientras que el 25% requiere de tres visitas o más.
Lamentablemente, los trámites son un foco de corrupción. El 29 % de los latinoamericanos pagó un soborno para acceder a un servicio público en el 2017; y lo más importante, hay un alto costo social asociado a los trámites difíciles. Se detectó que las personas de menores niveles de ingresos, que son las más vulnerables de la sociedad, hacen trámites con mucha menor frecuencia que las personas de mayores ingresos. Incluso si se consideran solo trámites para acceso a programas sociales, salud, educación pública e identidad. Esto quiere decir que las personas de menores ingresos se benefician menos de los programas del gobierno lo cual genera altos costos para la sociedad.
Se encontraron cuatro razones que pueden explicar esta dificultad: falta de conocimiento de los gobiernos sobre la realidad de la experiencia ciudadana, hay muy poca coordinación entre instituciones públicas que hace que los ciudadanos deban tomar el rol de mensajeros, ir de una institución a otra llevando papeles. La tercera es que existe en la región una alta complejidad regulatoria que lleva a que existan muchos trámites y con muchos requerimientos. La cuarta son los altos niveles de desconfianza que llevan al Estado a priorizar la protección contra abusos por encima de la eficiencia.
El 90 % de los directivos públicos cree que los ciudadanos tratan de acceder
a servicios indebidamente con lo cual justifican la creación de altas barreras de acceso y que se manifiesta en trámites complicados. El 62 % de las personas cree que es necesario que el gobierno imponga altas barreras para impedir el fraude en el acceso a servicios, lo que reduce la demanda ciudadana por trámites más eficientes.
Afortunadamente, la transformación digital puede ayudar a remediar esta situación. Las herramientas de gobierno digital proveen soluciones a muchos de los problemas de los trámites facilitando el acceso a servicios en línea conectando instituciones para que puedan intercambiar información en lugar de pedírsela al ciudadano o al empresario y haciendo que todas estas transacciones en línea sean seguras y confiables.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
Agradezco la confianza del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de México para invitarme a impartir el curso Planeación para el Diseño, Construcción y Operación de Obras Hidroagrícolas; a partir del próximo 10 de agosto. Evidentemente en el curso abordaremos, entre otros, los aspectos técnicos, ambientales, de género y planeación participativa de dichas obras tan necesarias para la producción de alimentos. Para mayores informes, les pido que consulten las redes sociales de nuestro colegio.
Reciban un abrazo a la distancia de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.