¿Dónde quedó la pandemia?
- Elva María Maya Marquez
- 26 junio, 2020
- Columnas
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Mi pecho no es bodega, argumento que utilizó el presidente hace un par de semanas para justificar la presentación de un documento de dudosa procedencia denominado BOA y no, no se relaciona con lo que seguramente vino a su mente de manera inicial, ni serpientes ni agrupaciones musicales, se trata de un documento llamado “Rescatemos a México” que propone la conformación de un Bloque Opositor Amplio que tiene como uno de sus objetivos promover el desplazamiento de Morena de la Cámara de Diputados en 2021.
En cada proceso electoral, todos los partidos políticos buscan ganar un mayor número de espacios y si actualmente Morena es quien tiene la mayoría, resulta más que evidente que la apuesta será tratar de revertir esta situación por lo que no hay nada nuevo. Preocupante que el presidente haga uso del espacio que tiene para señalar a gobernadores, alcaldes, grupos empresariales, medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil y al propio Instituto Nacional Electoral a través de un documento mal hecho que carece de toda seriedad, comenzando por las siglas del bloque.
Una vez que el presidente dio el banderazo de salida al proceso electoral, a los partidos políticos tampoco les costó tanto trabajo comenzar a hacer de las suyas y en vísperas de las elecciones de 2021, las cuales serán las más grandes en la historia de México al renovarse toda la Cámara baja que integran 500 diputados y diputadas, 15 gubernaturas, así como congresos locales y ayuntamientos en 30 estados de la República Mexicana, lo inimaginable se empieza a cocinar con posibles alianzas o coaliciones que no tiene ninguna lógica ideológica y sí, una suma de conveniencias donde no hay principios que valgan.
Un claro ejemplo es la alianza que hoy se está planteando Morena con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que para comenzar jamás le ha hecho honor a su nombre y no ha tenido nada de verde ni de ecologista, es la muestra de un partido oportunista que desde 1991 ha sido comodín de alianzas con el PRI, el PAN y ahora parece estar dispuesto a contender con Morena o venderse al mejor postor como lo ha hecho anteriormente.
La trayectoria de este partido es tan vergonzosa que en 2009, el Partido Verde Europeo y una red de partidos ecologistas de todo el mundo rompieron relaciones con los verdes mexicanos ante la negativa de abandonar su campaña a favor del restablecimiento de la pena de muerte, sumado a “propuestas” como la cadena perpetua a secuestradores. El partido verde conjunta todas aquellas prácticas indeseables de una fuerza política y nada bueno se puede esperar de este.
Desde esta óptica el escenario no es promisorio, “la oposición” no ha logrado recomponerse desde las elecciones de 2018, las luchas internas entre los miembros de cada partido han estado a la orden del día y para el partido en el gobierno la situación no es muy distinta y pese a que en septiembre de 2019, el presidente declaro que la oposición estaba derrotada moralmente, su propio partido tampoco ha sabido capitalizar esta situación.
Pensar en una consolidación democrática, en la recuperación de la confianza por parte de los ciudadanos hacia los partidos políticos ante alianzas o coaliciones inverosímiles, no es posible. La situación del país y del mundo entero necesita contar con gobernantes que se comporten a la altura y sean capaces de ver más allá de sus propios intereses.
El proceso electoral ha comenzado pero debemos recordarle a nuestra distinguida clase política que la prioridad es y seguirá siendo el problema de salud que enfrentamos. Como noticia de último momento podemos informarles que la pandemia no está domada y mucho se agradecería que se pongan a trabajar en propuestas y posibles alternativas que permitan aminorar el golpe de la crisis económica antes de estar pensando en la conformación de su Frankenstein electoral.