¿Será una utopía del ambientalismo?

“Pensar que todo puede seguir igual es la utopía mayor”. Margarita Marino de Botero.

En 1516 el filósofo Tomás Moro describe en su obra Utopía una isla imaginaria gobernada y en parte diseñada por su rey Utopo. Moro detalla en la segunda parte de su escrito diversos aspectos referentes a la estructura social de la población, religión, leyes, actividades económicas, desarrollo urbano e incluso la descripción de las viviendas y edificios públicos, todo con el propósito de vivir una armonía entre la sociedad y el ambiente.
El título y tema de esta columna viene a colación por los comentarios recientes que me hicieron durante una charla en la que se abordó una crítica al ambientalismo desde su aparición: el ser utópico, aclarando que no pretende en este breve espacio su discernimiento total, sino solo comentarios sobre su evolución.
La añoranza por la naturaleza está en el ser humano desde los inicios de la civilización y quizá la agricultura o el cultivo de huertos sea parte de ello, pero también la pérdida del contacto con lo estrictamente natural, pues la agricultura junto la ganadería, la recolección y el pastoreo, fueron el primer paso hacia la sociedad de consumo intensivo en la que estamos atrapados hoy en día.
Ese en los momentos históricos en los que se abren para la humanidad nuevas opciones para continuar o adecuar la civilización surgen los ideales de tipo estético-cultural uniendo las visiones de artistas, científicos y políticos, destacando el siglo XIX por las primeras críticas a la consolidación de la “Revolución Industrial”.
Posteriormente, se puede observar la influencia de las ciencias biológicas en los años 50 y 60, la ecología, el ingreso de las ONG’s y la publicación de “La primavera silenciosa” en los años 60; de los políticos los años 70 (recuerden la columna sobre el origen del “Día de la Tierra”) y desde luego la celebración de la Conferencia de Estocolmo de 1972.
Sin embargo, fue el consenso de la propia ONU que propició formalizar el ambientalismo en las políticas públicas en 1987, con la publicación del Informe Brundtland “Nuestro futuro común”. Así la cuestión ambiental fue reforzada por la consagración de la noción del desarrollo sustentable.
El desarrollo sustentable se propone como el modelo de desarrollo que permitiría a las sociedades actuales y futuras, mantener y/o elevar su calidad de vida, además de conservar y restaurar los recursos naturales, desarrollando crecientes niveles de conciencia, sensibilidad, y responsabilidad social. Se ha concluido que para lograrlo requiere la conjunción y participación de todos los sectores de una sociedad determinada. Así aparece la participación ciudadana como un factor clave para avanzar en la solución de los problemas ambientales, pues su ejercicio continuo permite incorporar en la toma de decisiones las opiniones de la comunidad, de manera que ésta pueda contribuir a la prevención y resolución de conflictos ambientales, pero también es donde aparecen los problemas de pasar de la retórica y la teoría a la práctica.
También en otra columna anterior se ha tratado el tema del modelo económico en que vivimos, tanto el capitalismo, comunismo, socialismo y sus derivados no han sido convenientes para la conservación del ambiente. Al estar la sociedad sujeta al modelo económico para su subsistencia pero a la vez atacar ese modo de intercambio de bienes y servicios, se vive una especie de esquizofrenia. Esa es la utopía. El mejor ejemplo de la situación que se vive la da Garrett Hardin en su obra “La tragedia de los comunes” de 1968.
Deseo terminar esta columna haciendo la referencia de que los iniciadores de las revoluciones y cambios en la Humanidad por lo general han sido soñadores e idealistas que han influenciado a la sociedad. Utópicos quizá, asesinados en sus intentos y “devorados” por las masas, pero finalmente promotores del cambio.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
El pasado viernes 5 de junio se conmemoró el “Día Mundial del Medio Ambiente” celebrado desde 1974. En esa fecha diversas organizaciones no gubernamentales expresaron que no había nada que celebrar dado el giro que han tenido las políticas públicas y la asignación de presupuesto para las acciones ambientales. En otros años la fecha era aprovechada para dar a conocer decretos, planes o programas sobre el tema, pero en esta ocasión solo se programaron algunas conferencias.
¿Y tú? ¿Cómo celebraste el día?
Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.