EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 26 mayo, 2020
- Columnas
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Las grandísimas ideas redentoras por quienes se autoproclaman como los Mesías del deporte en nuestro país, cada vez están más secos del cerebro y proponen cada locura que más que risa ya están causado un furor encarnecido por las variantes y desfachatez que tiene para irrumpir en el sector. Apenas amanecíamos el pasado fin de semana cuando una oleada de supuestos buenos propósitos saltaron a la vista de propios y extraños. Se anunciaba que el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (FODEPAR) como una iniciativa legislativa y del gobierno pretende ser desaparecido. ¡Que osadía!!! y la neta más allá de lo que pueda suceder o no, están los antecedentes de que, a través de un presupuesto de 350 millones de pesos, el Fondo apoya con becas y preparación de los deportistas mexicanos dentro y fuera del país, paga salarios de entrenadores y equipo multidisciplinario, así como la pensión vitalicia de medallistas olímpicos y paralímpicos.
El impacto que se vislumbra en el deporte de nuestro país ante la “política de austeridad” planteada por el Gobierno Federal no es más que la clara y consabida razón de involucionar, porque no me da para entender cómo se menosprecia el nivel formativo que tiene la Cultura Física y Deporte en estos tiempos, no coincido en la mísera idea de que por las condiciones actuales tiene que ejercerse de esa manera, es increíble por donde se le va, donde quedaran los estudios, visorias, apoyos, estímulos y dedicación para la detección, programación, seguimiento y catapulta de las joyas del deporte mexicano? ¿Dónde?????
Se habla de muchos actos de corrupción que salen a la luz pública y nadie quiere hacerle frente o no los dejan o no llegan, se ha dicho tanto que ya hasta burla se recibe por tal o cual mención al respecto. Señores esto es un insulto a la capacidad del deporte mexicano, es un acto de revanchismo contemporáneo contra quienes ni culpa tienen de malos manejos, de malas administraciones, de malos actos, de campañas intrascendentes por buscar y lograr enriquecerse, este momento nos permite unidad y no lo contrario. Es cierto, atravesamos por muchos dimes y diretes, con señalamientos directos a quienes hoy están al frente del deporte en México, pero debemos marcar lo canceroso que se ha vuelto esto y otros temas en cuestión.
Hoy toca una vez más en la política deportiva de nuestra nación que solamente busca mejorar la calidad de vida del ser humano, elevar la categoría del deportivismo a través de planes, proyectos y programas de impacto colectivo, la suma de talentos tanto deportivos como administrativos darán la pauta a seguir en las próximas generaciones, pero este tipo de ajetreos y manoseos que se dan, nos tienen con el alma en un hilo. Por un parte, los actores fundamentales que son los deportistas han alzado la voz y siguen haciéndolo, los entrenadores, cuerpos multidisciplinarios, iniciativa privada y más, vemos cómo se va expandiendo el detrimento de nuestro ejercicio deportivo. Esta parte, de una “iniciativa” de desaparición de un programa, sin que se tenga hasta el momento algo “mejor” que lo supla, creo, categóricamente que debería ser, en todo caso, fortalecido y vitaminado para que llegue directamente a su destino, con más y mejores bríos, con manejos ciento por ciento transparentes, que su operatividad redunde e impacte donde y en quienes debe ser, no el bolsillo de unos cuantos…
¡Pásenla bien!!!