POLÍTICA AMBIENTAL
- Luis Eduardo Mejia Pedrero
- 27 abril, 2020
- Columnas
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Agradezco a uno de mis alumnos el recordarme e invitar a escribir la columna de este día sobre el denominado Día de La Tierra.
Existen varias teorías del porqué se celebra el Día de la Tierra el 22 de abril de cada año. Unas apuntan a la coincidencia del natalicio de Lenin, debido a que en un principio de creyó que los ambientalistas eran comunistas y la otra a que ese día fue un miércoles en el año de 1970 cuando se celebró la primera manifestación y era ideal pues las personas estarían fuera del estrés del inicio de la semana pero tampoco estarían distraídos con las actividades de sábado o domingo.
De hecho, más de 20 millones de personas en los Estados Unidos participaron en el primer Día de la Tierra. A partir de entonces, este día se celebra cada año con la una participación superior a los mil millones de personas en 180 países de todo el mundo, según los datos de la propia asociación que organiza la conmemoración de este día.
El Día de la Tierra tiene sus raíces en la década de los movimientos estudiantiles de los 60’s, caracterizada por un activismo combativo heredado de las protestas contra la guerra en Vietnam. Fue en 1968, cuando el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos de Norteamérica organizó el Simposio de Ecología Humana para que estudiantes de diversos lugares escucharan a científicos hablar sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana.
Uno de los principales promotores del Día de la Tierra fue el entonces Senador por Wisconsin, Gaylord Nelson; quien contrató a Denis Hayes para organizar el primer festejo y quien a la postre se le reconoce como precursor del movimiento ecologista moderno. Gracias a ese inicio, el gobierno norteamericano creó a finales de ese año la Agencia de Protección al Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés), e iniciaron los esfuerzos para mejorar la calidad del aire y el agua, siendo también incorporados en la agenda de los políticos. Para finalmente, en 1972 se tuviese la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente. La Cumbre de la Tierra de Estocolmo, cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales.
Debe de reconocerse que la celebración en comento no crea conciencia entre la ciudadanía de la misma manera que solía hacerlo; sin embargo, aún proporciona un punto de referencia para la reflexión entre aquellos que nos encontramos dentro de la comunidad del medio ambiente. En el caso de nuestro país, es mas recurrido el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente para dar a conocer decretos, leyes, programas o acciones a favor del planeta.
Sin importar fechas, es menester establecer un compromiso público para realizar acciones relacionadas con el medio ambiente entre todas aquellas personas implicadas con el medio ambiente. Comprometerse con las ideas promovidas desde la plataforma Día de la Tierra y su Carta, supone educar a los amigos y familiares sobre el calentamiento global o comprar productos ecológicos como focos de bajo consumo. Este compromiso es la máxima de la iniciativa que se prolonga durante todo el año, siendo promovido por la denominada “Generación Verde”, que nos ha llevado a una transición de la Revolución Industrial a la Revolución Verde.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
Uso la ahora triste y célebre frase “como anillo al dedo” para la conmemoración del Día de la Tierra pues gracias a las recomendaciones para mitigar la pandemia del COVID19 como reducir la movilidad y la actividad económica, los niveles de contaminación se han reducido y nuestro planeta Tierra ha mostrado una resiliencia fantástica. No esperemos la aparición de amenazas semejantes para cambiar nuestros hábitos individuales, formas de producción y sistema económico. Les pido que la lección dejada por lo que estamos viviendo en este año 2020 no se olvide jamás.
Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.