Encuestas “cuchareadas”
- Elva María Maya Marquez
- 13 marzo, 2020
- Columnas
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De manera reciente los medios de comunicación han dado a conocer algunas mediciones acerca de la popularidad del presidente, que de acuerdo con la información presentada por diferentes encuestadoras como: Consulta Mitoffsky, diario Reforma, Buen día & Laredo y Parametría, solo por mencionar algunas, va a la baja.
Las encuestas son altamente cuestionadas sin embargo, es necesario contar con mayor información que permita comprender las variaciones presentadas que se relacionan particularmente con la metodología, ya que la población se que capta vía telefónica excluye a cierta sector que no tiene teléfono y a las zonas donde no se cuenta con cobertura telefónica, por internet el problema es similar, ya que si bien el 70.1 % de la población mayor a 6 años tiene acceso a la red, de ese porcentaje en las zonas rurales no se rebasa el 47.7 % de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, lo cual representa una limitante.
En este sentido, el sociólogo y director de Parametría, Francisco Abundis, argumenta que las encuestas cara a cara, en el domicilio de las personas, es la única manera de representar en este país a la opinión pública sin embargo, más allá de la metodología, la coincidencia a la baja en la popularidad del presidente es un hecho y de diciembre de 2019 al 1 de marzo, la aprobación del mandatario cayó de 68% a 59%, de acuerdo con la encuesta del diario Reforma. Según la encuesta realizada por Buen día & Laredo, la caída fue menor, de 67% que lo aprobaba en noviembre de 2019 a 62% en febrero y finalmente, Parametría, que cerro diciembre con una aprobación de 78%, la cual asocian a temas como el aumento al salario mínimo, la firma del T-MEC y la captura de Genaro García Luna, en enero, reportan una caída que lo coloca con un 68% de aprobación donde el nulo crecimiento económico, la inseguridad y temas coyunturales como la violencia de género y el desabasto de medicinas pudieron influir.
En febrero, nuevamente el tema de violencia de género y feminicidio se agudizo y la insensibilidad para manejar estos temas en las mañaneras pudo cobrar factura al colocar a AMLO con un 63% de aprobación que representa una caída de 15 putos en los últimos dos meses.
Las encuestas son una herramienta política y si bien la popularidad del presidente ha bajado, los niveles de aceptación siguen siendo altos y más que preocuparse por esta caída y declarar que las encuestas están “cuchareadas” porque los resultados no son de su agrado, puede aprovechar para atender los temas que no están funcionando como seguridad, salud y en general el tema que se supone es su fuerte, los programas sociales que el “pueblo bueno” de Macuspana en Tabasco, hace poco le hizo saber. Al preguntar a los presentes sobre algunos apoyos de su gobierno los pobladores le gritaron literalmente que no los habían recibido, evidenciando una falta de coordinación y comunicación con su equipo de trabajo.
La inconformidad mostrada en la tierra del presidente en mucho ayuda a comprender la caída en sus niveles de aprobación, pero es innegable que el mandatario muestra una gran incapacidad para recibir la crítica y muy poca apertura para reconocer que no todo va bien como lo repite casi todos los días en su conferencia matutina.
La realidad del presidente y la de la sociedad parece que transita por rumbos distintos y a últimas fechas la disociación entre lo que dice y lo ocurre es más evidente y hoy, a menos de que el tenga otros datos es urgente que atienda los temas que representan un foco de alarma para su gobierno porque la gente ya no parece feliz, feliz, como le gustaría.