Maquillando la realidad
- Elva María Maya Marquez
- 18 octubre, 2019
- Columnas
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Saber que la aproximación a una de las realidades más hirientes que tenemos como país se encuentra condicionada a metodologías de medición imprecisas que no necesariamente tienen que ver con fallas técnicas es preocupante. Me refiero a la pobreza, un tema que a muchos les resulta incómodo, poco atractivo pero que en periodo electoral por lo menos en el caso de México, se vuelve uno de los temas favoritos en el discurso político de los candidatos.
Cada año, desde 1987, el 17 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que tiene por objetivo sensibilizar respecto de la necesidad y lo apremiante que resulta tratar de erradicar o bien, disminuir la pobreza mediante la suma de esfuerzos por parte de los gobiernos ya que en todo el mundo, más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1 dólar al día y muchos más, carecen de acceso a alimentos y agua potable, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En México, en 2004 se crea El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) con el propósito de contar con datos “confiables” respecto de los avances, estancamiento o retroceso en materia de combate a la pobreza.
Las críticas de AMLO a este organismo han sido fuertes al señalar que, en 2018 el gasto de arrendamiento de edificios del Coneval fue de 79 millones 720 mil pesos, mientras que el de investigaciones fue de 59 millones 910 mil pesos. También criticó que el gasto en alimentación para el personal de la dependencia se triplicó de 2013 a 2018, al pasar de 238 mil 151 a 668 mil 303 pesos ¿y la medición de la pobreza?
Araceli Damián, Directora de Evalúa, argumentó el pasado mes de agosto que en México, existen cerca de 90 millones de personas en pobreza y no 52.4 millones como asegura Coneval. La primera cifra corresponde al cálculo obtenido mediante el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), adoptado por Evalúa, las diferencias se deben a que el método de identificación de las personas en pobreza multidimensional del Coneval, excluye a quienes no cumplen con la doble condición de tener, por un lado pobreza por ingreso y, por otro, al menos una carencia en los indicadores como; salud, educación, calidad de la vivienda, servicios de la vivienda y seguridad social, es decir, si no se es doblemente pobre, para el Coneval no cuenta.
“Las cifras no cuadran”, mientras que para Evalúa 7 de cada 10 mexicanos son pobres, para Coneval 4 de cada 10, la diferencia es abismal, esta situación no puede reducirse a una cifra, son personas, son familias que representan cerca de 53 millones frente a 90 millones lo anterior, de acuerdo al organismo que se desee consultar o bien, a los fines que convengan.
Reducir la pobreza es una obligación de todas las sociedades. Pensar que en México, siete de cada 10 personas que nacen en situación de pobreza se quedan así toda su vida es perturbador, antes de atender la pobreza se debe entender, ya que si se sigue pensando como el ex candidato presidencial Gabriel Cuadri, que si México no “cargara” con los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas sería “un país de desarrollo medio y potencia emergente” evidentemente esto no va a cambiar.
Dejemos de pensar que los pobres “con poquito la hacen”, que los pobres son pobres por flojos. México son muchos Méxicos y la pobreza del norte, del centro y del sur en zona urbana o rural, se vive de manera distinta pero, no deja de ser pobreza. El problema está ahí, por lo cual se debe pensar en alternativas para eliminar sus causas, y no solamente en aliviar sus efectos.