LA ESTAFA MAESTRA EN MÉXICO
- Juan Manuel Sobrino B.
- 12 agosto, 2019
- Columnas
- 0 Comments
Su texto es muy claro. Ella dice… “Yo, no escondo nada” y yo si le creo. Yo pienso que la Berlanga de Rosario Robles (¿a poco no les suena a porquería “berlanga”?), no esconde nada, por lo menos en México. Y me baso en lo de del Mazo, lo que hizo con su millón y medio de euros, al guardarlos en España, cuando era el mediocre edil de Huixquilucan (2009-2012) bueno, sigue siendo mediocre; y uno de los compinches del gobierno estatal y luego federal. Ya que le iban a dar otros dos millones y medio, que serían para la campaña de Peña.
Pues seguramente la Robles no cuenta con nada, pero eso no la exculpa de lo que ha hecho, solo quiere desviar la atención, porque está acusada de Ejercicio Indebido del Servicio Público; desapareció más de cinco mil millones de pesos a través de 27 convenios y facturas apócrifas, junto con Emilio Zebadúa, su oficial mayor en SEDESOL y la SEDATU. Cuando en el PRI, se dieron cuenta que era buena pa robar, se la jaló Peña para el tricolor y la hizo Secretaria. Y solo era un compás de espera para que empezara a robar, a favor de ese gobierno y por eso, ahora está en capilla.
Lo que sí, veo un cambio de paradigma en algunos jueces, ¿será porque ya están bajo escrutinio de la sociedad y del nuevo gobierno?
El juez que atiende la situación de la Robles y de Lozoya, como el que atiende la situación de Alonso Ancira, se han puesto bien los pantalones y no permiten ni distracciones, ni trampas. Pues si bien son tres personajes que se han dedicado por años a robar y defraudar la confianza del pueblo, que poco o nada les importa, ahora están dando patadas de ahogado, tratando de confundir a los jueces por medio de las tretas de sus abogados.
Tramposamente Rosario y su abogado Julio Hernández, quisieron burlarse del juez, distrayendo la situación cuando le informaron que existe un amparo hecho en Chiapas, que realizó alguien que no quisieron decir quién. Afortunadamente el juez no cayó en la trampa y les dijo que primero aprendan las leyes de amparo y no vengan a burlarse.
A pesar de que la Auditoría Superior de la Federación, la ASF, que es la encargada de revisar y fiscalizar los recursos económicos de la nación, les advirtieron en varias ocasiones que habían detectado irregularidades, hasta en un 85 % de los recursos que ella manejaba siendo la titular en la SEDATU, donde firmó contratos triangulando recursos públicos y siempre hizo caso omiso. Ahora argumenta que la ASF no es la indicada para señalar daños patrimoniales. El juez la corrigió diciéndole que por ello está siendo juzgada, entre otros señalamientos que le irán imputando.
De acuerdo a palabras de Santiago Nieto que es el Director de Inteligencia Financiera, se están investigando a 50 empresas coludidas a la Estafa Maestra por la que varios funcionarios públicos desviaron más de tres mil millones de pesos, en las que se destacan las universidades politécnicas de Quinta Roo, Chiapas e Hidalgo, la Universidad Autónoma del Estado de México UAEM, la Delegación de SEDESOL en Morelos y los sistemas de Radio y TV de Hermosillo, Hidalgo y Q. Roo.
Por otra parte los abogados de Lozoya, han buscado tener el expediente de la fiscalía, con las acusaciones que le imputaran, aduciendo que en el gobierno de Peña Nieto sí les prestaban los expedientes y ahora no. A lo que el juez les indicó que por estar prófugo de la justicia y no presentado, no se les pueden mostrar los documentos.
Aplausos para este juez Felipe de Jesús Delgadillo, que es el mismo que lleva el caso de Lozoya y la Robles.
Y así, con trampas y amparos, acusados o no, es obligación que estos corruptos tengan que presentarse ante el juez del reclusorio y de ahí, partir la situación de cada uno y fincar las responsabilidades correspondientes.
Saludos desde TU ESPACIO DE PODER.