El valor de la Sociedad Civil
- Elva María Maya Marquez
- 19 julio, 2019
- Columnas
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Hablar de Sociedad Civil es hablar de la sociedad organizada y en el caso de México, remite a un proceso lento que al pasar de los años ha ido ganado terreno. El trabajo de la Sociedad Civil puede ser entendido como parte de un trabajo realizado de manera complementaria a los servicios que ofrece el gobierno y que buscan llegar a la población desde otro enfoque donde se proponen soluciones diferentes a los problemas que enfrenta la sociedad.
En este, como en muchos otros casos, la desinformación y juicios de valor representan uno de los grandes obstáculos a vencer, ya que este tipo de organizaciones no solo requieren dinero, sino también confianza, reputación y no descalificaciones para no confundir unas con otras y “colocar en la misma canasta” a todas las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), lo cual resulta totalmente injusto.
Las OSC en su gran mayoría, tienen el compromiso de fortalecer y de potencializar las acciones de los gobiernos en pro de los ciudadanos en todos los países, en nuestro caso han sido protagonistas de múltiples cambios en favor de la población y prueba de ello, la iniciativa Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, que articula a miles de organizaciones que trabajan con un enfoque de empoderamiento ciudadano en zonas rurales y urbanas en proyectos de desarrollo económico, capacitación, educación y salud.
Otra organización es, Mexicanos Primero, que trabaja para que el derecho de aprender de todas las niñas, niños y jóvenes se cumpla, más allá de la preocupación de que asistan a la escuela y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, dedicados a prevenir, denunciar y sancionar la corrupción e impunidad que prevalece en el país.
Estas organizaciones han logrado crecer, consolidarse y ganar mayor presencia dentro del espacio público, pero existen muchas otras integradas por ciudadanos y ciudadanas comprometidos con diversas causas que resultan urgentes para el país y que en mucho han contribuido a la visibilización de problemas sociales.
En términos “formales” para entender que son las OSC, es necesario remitirnos a la ley de fomento de 2004, que reconoce a una OSC como aquella que cuenta con registro Federal y con una Clave Única de Inscripción (CLUNI) que le permite acceder a los recursos públicos, lo que la dota de ciertos derechos pero también de ciertas obligaciones.
La densidad asociativa en México es baja, ya que se cuenta con un nivel de asociacionismo de alrededor de 34 organizaciones por cada 100 mil habitantes, que no puede compararse con un caso como el de nuestro vecino del norte, considerado símbolo de asociacionismo a nivel mundial al contar con 670 organizaciones por cada 100 mil habitantes o bien, el caso de Chile, con aproximadamente 650 organizaciones por cada 80 mil habitantes.
Es necesario reivindicar la figura de las OSC que de pronto son pensadas como grandes organizaciones con oficinas, un contador y administrador pero la realidad es totalmente distinta, son tres personas con un enorme trabajo administrativo que tiene que sacar su registro, hacer declaraciones ante hacienda ycumplir con lo establecido en la Ley de Fomento a las Organizaciones de la Sociedad Civil.
La sociedad civil no representa una amenaza y el gobierno no puede hacer todo, necesita contrapesos que denuncien la corrupción, que fomente la transparencia, que defiendan temas de derechos humanos. Es necesario contar con una Sociedad Civil cada vez más robusta, capaz de hacer público aquellos temas que aún se encuentra en lo privado, ya que por más efectivo que sea un gobierno no puede o podrá cubrir todas las áreas de bienestar que necesita el ser humano.