SIN TON NI SON

Para continuar con la conmemoración del 250 aniversario del nacimiento de Ludwig Von Beethoven, esta vez voy a comentar algunas anécdotas que se cuenta sucedieron durante algunos momentos de la vida de este genio. Distintas fuentes lo describen como un ser atolondrado, misántropo, desordenado, fuertemente grosero, irrespetuoso, descuidado con su vestimenta y con un espíritu anárquico que plasmó en cada línea de su obra musical. Beethoven no sólo fue uno de los más grandes compositores de la historia, también fue un revolucionario inaudito y poco comprendido. A la par de Hegel en la filosofía, Goethe en la literatura y el teatro, Beethoven tomó las riendas de la música para acompañar el nuevo devenir del espíritu europeo que trascendió con la Revolución Francesa de 1789 y los conflictos bélicos que le continuaron.
1.- Beethoven fue el más desordenado y solitario de los compositores en sus hábitos diarios. Entre los años de mayor contenido creativo (1806-1810) se cuenta la anécdota de que se encontraba tarareando sin parar una melodía en un restaurante, tanto que olvidó comer. Después de un rato le pidió a un camarero la cuenta y éste le respondió: “Pero señor, no ha pedido nada”.
2.- Para 1802, Beethoven tenía casi terminada su ‘Tercera Sinfonía’ que nombró ‘Sinfonía Grande, Titolata Bonaparte’, pero tras la noticia de que Napoleón se había autoproclamado “emperador de los franceses” su ira brotó y gritó: “¡No es más que un hombre vulgar!, pisoteará los derechos humanos y sólo obedecerá a su ambición, ¡querrá elevarse por encima de los demás, se convertirá en un tirano!”. Se dirigió a la mesa donde tenía la partitura, rompió la primera hoja y escribió una nueva. Beethoven re tituló la obra como “Sinfonía Eroica”.
3.- Beethoven comenzó a tocar pequeñas lecciones para clave y violín desde los 7 años, por lo cual fue obligado por su padre a desarrollarse como “niño prodigio”. En 1787 fue aprobada su solicitud para viajar a Viena con la intención de continuar sus estudios musicales. Las dos personas que más lo impresionaron fueron el Archiduque Maximiliano Francisco y su imagen a seguir desde pequeño: Mozart. Según las fuentes el encuentro no fue decisivo. Mozart sentía aversión por los “niños genio”, además de que su padre Leopold había muerto unos días antes. No estaba de humor; Beethoven tocó un fragmento de una de sus obras, el cual aprobó Mozart con frialdad, pero en el momento que interpretó una pieza de inspiración libre, Wolfgang deslizándose en la habitación vecina, donde se encontraban algunos amigos, les dijo con viveza: ¡escuchad a éste, el mundo hablará de él!
4.- A la edad de 11 años, emprendió una gira de conciertos en Holanda tras un año de deterioro económico para él y su familia. Se pensó que ganaría una gran cantidad de dinero con estas presentaciones, pues desde el fenómeno del virtuosismo del niño Wolfgang Amadeus Mozart, se puso de “moda” comprar talentos entre los niños cantores e instrumentistas. No fue como esperaban. Al regresar a Bonn le preguntaron sobre esa gira a lo que respondió: “Los holandeses son unos mezquinos, no volveré jamás a Holanda”.
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