EL VALLE DEPORTIVO

“La violencia te mata. Disfruta del Deporte, disfruta de la vida”
“Si amas el deporte, no lo mates…Vivir por el deporte y no morir por la violencia”
Darío Alejandro Barreiro.

No hay que ser incendiarios, provocadores, ni golpeadores con letras y palabras, tampoco utilizar un espacio para, demagógicamente, levantar a un sector vulnerable que está ávido de respuestas a sus preguntas, pero más que eso se sitúan en un mundo de fanatismo con vestimenta de aficionado golpeado, humillado, lacerado, desprestigiado, situación que origina y acaba en violencia. Esa que tanto daño nos ha causado molestias y enfados, aquella de la cual somos testigos porque nos agrede de forma simultánea, porque atraviesa nuestras fibras más sensibles de la educación y la instrucción, más ahora que tanto se necesita. Para aquellos que emplean un mecanismo de disque comunicación alternativa mediante sus “libres expresiones” en las redes y otros, solamente crean y fomentan caos, intolerancia y desenfreno, ya no se puede combatir el mal así porque sí, basta ya de aguantar abusos, descortesía e iracundia de un pequeño sector que está protegido y que osa tratar de derribar muros, puertas, vidrios, madera, etc., con tal de darse a conocer. Pero ¿a qué costa? ¿a qué precio? ¿tendrán familia? ¿serán hijos o padres? ¿profesionistas o ninis? ¿emprendedores o vándalos disfrazados de ciudadanos?
Qué ironía ¿verdad? Años atrás en la historia del deporte solamente se hablaba y se refería al concepto deportivo, su estrategia, planeación, táctica y técnica, podía ocurrir de todo EN EL TERRENO DE JUEGO -fuera cual fuera la disciplina- y hasta ahí quedaba, quizá uno que otro alocado por las chelas o por la seguidilla de la fiesta de fin de semana, pero nada más; tal vez los gritos y expresiones obscenas en las gradas y desfilando con rumbo a casa con un dejo de desesperación y arrogante andar. Es más, hasta intimidado cuando desfilaban a un costado los elementos de la policía y no los horripilantes gorilas -con disculpa para ellos- que se sienten Rambo región -5, ahí se callaban los valentones y hasta uno que otro corría para evitar ser levantado por disturbios en la vía pública, ni qué decir de los inmuebles donde decenas de polis con sus macanas, cascos, botas y fornituras, imponían -al menos algo- respeto. Después de todo esto, la semana laboral y estudiantil era caótica por los constantes decires y ni modo, se aguantaban y ¡ya!
Pero la energúmena idea de abusar del teclado, el micrófono, la cámara, sin conocimiento de causa, redunda en una incitación en aquellos que buscan notoriedad -también los primeros- y esta bola de nieve que comenzó como una canica se ha vuelto cada día más grande, incluso tanto, que las muestras de castigo rebasan lo ridículo y abstracto. Pasa -infortunadamente- en todo el mundo deportivo, sin embargo, hoy que está secuestrado el futbol mexicano, es clara muestra de que si no matas veneno con veneno esto crecerá tanto que nadie lo frenará, lo peor del tema es que cada semana tenemos muestras de ataques sin ton ni son, fanáticos agolpados en pequeños grupos para darse valor y esconderse, desatar caos y confrontaciones como si fueran los dueños o padres de los equipos y jugadores; también, los pseudo “periodistas” -esos que creen que escribir en redes les da ese tacto y proyección profesional- quienes encienden la mecha y sí, prenden a la turba para arremolinarse y presentarse dónde y cómo sea; están también los directivos de papel albanene, de escritorio y de sólo fines de semana, quienes entorpecen y arriesgan la tradición de toda una institución, equipo, conjunto y/o deportistas-atletas, así como de la fiel, buena y poca afición que no sucumbe ante las tempestades. A ellos -los dirigentes- se les debe catalogar y llamar comparsa y sinvergüenzas que sólo materializan sus activos cuando abusan de codearse con los maleantes.
La cruda realidad les revienta los oídos, les lacera el cuerpo, les salen “fuegos” por todos lados, sueltan coraje, ignoran a la entidad deportiva mediante una horda que azuzando arrastra lo que a su paso se interponga. Esto se trata con determinación, con férreos castigos y ejemplares conductas, no con apapachos y menos con un jaloncito de orejas o greñas, no señores, se trata de poner un alto a la violencia, a la delincuencia, a los vándalos, a la maldita reventa, a los grupos antisociales que ya pululan y traen azorado al deporte en general. La muestra con el balompié es la clara muestra de una devastadora debacle a la hora de resolver y poner castigos y multas, lo peor del caso es que no entendemos y sigue la mata dando; lo dije hace como 3 años y sigue en aumento, lo peor es que no sólo fue y es Querétaro, sino Cd.Mex, Guadalajara, Monterrey, Toluca, y más, lo grave es que solo se quiera disfrazar una sanción mediocre y se les tenga más miedo a los rijosos, a los malos comunicados de ciertos personajes que ni estudian ni se preparan, y lo increíble del caso, es que como en muchas aristas de nuestra sociedad, lo peor se vaya extendiendo y llegue al deporte amateur, social y de alto rendimiento.
Hace unos años en La Habana, Cuba, se nos decía que el progreso del deporte, está en la educación que aleja a los niños y jóvenes de delinquir, y que no sigan conductas de violencia, que no repitan esos patrones y que, en cambio, sean parte del cambio sustancial para expulsarla de cualquier género en toda actividad física. Propusieron, debatieron, concluyeron y llegaron a la ejecución de un plan para acabar con la violencia en el deporte, su herramienta: mano dura y efectividad. Lamentablemente en México, ni una ni otra, más bien sobadita, 15 días y a seguirle…
Pásenla bien!!!