EL VALLE DEPORTIVO

Pedro Eric Fuentes López

“La violencia en el deporte es un reflejo de problemas sociales más profundos, actuando como un espejo de tensiones, desigualdades y conflictos presentes en la sociedad” Blanca Olona Gutiérrez

Hace unos días cuando se dio a conocer la detención del pugilista mexicano Julio César Chávez Carrasco, se produjo un incendio y con ello una regazón de pólvora por doquier, obviamente más en las redes sociales, en donde evidentemente sólo se trata de especulaciones y suposiciones hasta entonces no se descarte cualquier tipo de situación que exima al boxeador, o en su caso, se confirmen los tan mentados porqués.

En lo personal y lo saben bien, siempre he tenido la especial idea e intención de que la ropa sucia se lava en casa y es ahí donde se desprenden los lineamientos a seguir y, en cuyo momento se establezcan las acciones conducentes. Pero se nos olvida que la mezcla risoria entre el deporte, sus protagonistas y los elementales curanderos disfrazados de pseudo reporteros, comentaristas y más, son parte de la maligna ola de opinólogos que se las dan de muy expertos y conocedores del tema -por lo menos del de en comento- y hasta sentencian como si no hubiera un mañana y lo que originan con ello es hacer más grande la bola de nieve desplazándose a gran velocidad, destruyendo todo lo que se encuentre a su paso. Me explico, uno como ser humano de por sí ya es vulnerable y ataviado con una etiqueta de “ser malo” va por la vida tratando de hacer la cosas bien, pero en ese camino sinuoso en muchas ocasiones trastabilla y es ahí, justo el momento que el energúmeno grueso de los “especialistas” “eruditos” y más, saltan como chapulines por -según ellos- dar un veredicto sobre tal o cual situación y/o persona, pasando por alto aquella frase que dicta que en demasiadas ocasiones tienen la cola más sucia de uno…

Lamentablemente el deporte que es el vínculo entre el bien y el mal, no está exento para nada de situaciones y noticias poco alentadoras. Si no es fallecimientos, accidentes, desapariciones, drogas, vicios, es la persecución a todo lo que da de personajes que en algún momento de la vida pasaron de ser gloriosos a ser fichados por la justicia. El tema no radica en su forma, sino en el fondo, es decir, el momento de elección es un instante que determina el mañana, o sea, uno sabe muy bien si come fuego o lo escupe. Hay quienes en sus limitaciones de cualquier índole recurren al lado oscuro, pero al menos yo no los juzgo ni crucifico ni lincho, simplemente ávido de contar con información fidedigna  y real que sólo las autoridades puedan revelar, es como uno hace un acto de conciencia, porque todos aquellos que han caído, alguna vez fueron a la escuela, a un deportivo, a una competencia, a un evento nacional y después internacional, muchos se convirtieron en estandartes de sus amigos y familias, pero también algunos varios sucumbieron ante la adversidad, el maltrato y las temibles garras de las adicciones. Y de eso, no queda más que apechugar y ejemplificar, pero más aún que sin educación, salud y una buena guía desde cuna, suceden casos que, infortunadamente generan circo, maroma y teatro, afectando a un núcleo familiar y son las lenguas viperinas que, sin temor a equivocarme ni siquiera conocen el artículo que dicta la posibilidad de inocencia o culpabilidad. No voy a mencionar los casos más sonados ahora mismo en el ámbito del Valle Deportivo, porque no es, ni ha sido, ni será mi estilo, más bien les dejo acá lo que a la letra dice el artejo: Artículo 11: Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

Ahora bien, no sigamos fomentando la incongruencia entre el bien saber y hacer con la infortuna de estar alejado de una realidad. Total, al menos yo ni salí de casa paterna para señalar, y mucho menos estudié para juzgar ni sentenciar. Tú????

Pásenla bien!!!