Claudia para presidenta
- Elva María Maya Marquez
- 28 mayo, 2024
- Columnas
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No hay más, el próximo 2 de junio México tendrá votaciones para reemplazar al actual presidente; Andrés Manuel López Obrador, y a decir de las preferencias electorales, todo apunta a que Claudia Sheinbaum Pardo será la primera presidenta de este país con la posibilidad de superar los 30 millones de votos obtenidos por el actual presidente en 2018.
Hasta el día de hoy, México ha tenido 65 presidentes, desde Guadalupe Victoria en 1824, hasta Andrés Manuel López Obrador. Prácticamente hemos tenido de todo, pero eso sí, todos del sexo masculino, desde Antonio López de Santa Anna que ocupó la presidencia en 11 ocasiones. Porfirio Díaz que se estacionó 30 años en el poder. Pedro Lascuráin que no alcanzó a “calentar la silla” con apenas 45 minutos en el cargo. Y un joven presidente, el más joven en la historia de México con apenas 27 años; Miguel Miramón.
También recordamos y no precisamente por su brillante gestión a Gustavo Díaz Ordaz con la represión estudiantil. José López Portillo —cuasi actor de Televisa— quien defendería el peso como un perro. Carlos Salinas, responsable de la más profunda privatización de bienes e industrias nacionales. Ernesto Zedillo con la masacre de Acteal y la devaluación del peso. De manera más reciente Fox, Calderón y Peña, sexenios que no parecen tan lejanos como para que cada uno realice un ejercicio de memoria y elabore su propio balance o desbalance.
Ahora bien, muchos se preguntan si este país está preparado para que una mujer ocupe la silla presidencial, díganme si lo estaban para tener a todos los presidentes que se han tenido. Que si una mujer puede gobernar, la respuesta es sí, no obstante, el cuestionamiento tendría que partir del tipo de mujer que se espera que gobierne un país de más de 130 millones de habitantes con realidades tan desiguales y con problemáticas tan serias en materia de salud, educación, empleo, vivienda, inseguridad y medio ambiente que por sexenios se han arrastrado sin lograr avances significativos.
La sola presencia de una mujer en el gobierno no es suficiente, es un avance pero que no se espere que de la noche a la mañana se cambie aquello que por años se ha abandonado ante diagnósticos erróneos, estrategias mal implementadas, falta de entendimiento de lo que es México en cuanto a su territorio, población y cultura, pero también por falta de voluntad política.
Las mujeres tenemos una historia de lucha y no estoy diciendo nada nuevo. A la mujer se le excluyó por mucho tiempo del ejercicio del poder político, se descalificó su participación como ciudadana al pensar que las mujeres no tenían la capacidad de agencia y autodeterminación al ser dependientes de alguien más. Por lo tanto, el hecho de contar con más mujeres en la vida pública y política es el resultado de las movilizaciones y de la organización de las propias mujeres, no es una concesión del Estado.
En torno al tema de las mujeres es necesario desmontar algunos discursos que presuponen que el hecho de ser mujer te vuelve más solidaria, generosa y que por ello se puede hacer una política distinta a la de un hombre, pues no necesariamente es así. Actualmente existen ejemplos de mujeres que han ocupado una posición de toma de decisiones y lejos han estado de representar una agenda femenina.
Por otra parte, tampoco se puede pensar que da igual si es hombre, mujer o quimera quien lleve las riendas de una nación. El matiz de la persona que llega al poder debe recaer esencialmente en su agenda política, solo así es posible conocer (en mayor medida) los intereses que se está dispuesto o dispuesta a representar, los temas que se colocarán sobre la mesa de discusión y las luchas que habrán de emprender en el plano económico, político y social.
A nivel global de acuerdo con ONU mujeres, al 1 de enero de 2023, solo había jefas de Estado y/o de Gobierno en 31 países del mundo de los 195 reconocidos por esta misma organización. La igualdad de género en el gabinete solo existe en 13 países del mundo, la mayoría europeos. De los 33 países de América Latina y el Caribe, únicamente 16 han tenido una presidenta.
En este contexto, en entrevista con DW, Adriana del Rosario Báez Carlos, académica de la UNAM, señala que en México solo el 30% de presidencias municipales están encabezadas por mujeres, es decir, aún se cuenta con un déficit del 20% a nivel municipal para alcanzar ese anhelado 50% de representación de las mujeres. En cuanto a las gubernaturas, actualmente hay nueve mujeres gobernadoras. Claudia Sheinbaum, quien era la décima gobernadora, dejó el cargo en 2023 para postularse a la Presidencia de la República.
Las mujeres no deben dejarse utilizar para que un puñadito de hombres continúe cumpliendo sus intereses y ejerza el poder tras bambalinas. Las mujeres son capaces de comenzar a construir una nueva manera de hacer política desde los cimientos. La idea es modificar y en la medida de lo posible cambiar aquellos aspectos estructurales que han ampliado las brechas de desigualdad. Nadie dice que será fácil, pero en un par de días México tendrá a su primera presidenta, lo cual representa una oportunidad para repensarnos ya que este hecho marca un antes y un después en la historia de nuestro país y particularmente en la vida de las mujeres.
El legado que se construye posibilita a las nuevas generaciones de niñas y adolescentes a ampliar cada vez más su perspectiva sobre aquello que pueden llegar a ser. Todo apunta a que Claudia Sheinbaum será presidenta, pero en los años por venir más mujeres podrán intentarlo y para ese momento, esperemos que el camino sea más sencillo, que se hable de las mujeres desde sus capacidades, de sus logros personales y profesionales, y no de su físico o de la mujer como apéndice de un hombre.