TIEMPO AL TIEMPO
- Jimena Bañuelos
- 16 agosto, 2022
- Columnas
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Va pasando el verano entre olas de calor y pequeños respiros térmicos, pero el calendario nos dice que septiembre está cada vez más cerca. Por eso, hay que exprimir los días que nos quedan hasta que éste sea el protagonista de nuestro calendario. A estas alturas de la estación estival, lo de disfrutar tiene que estar más que aprendido porque si no mal vamos. Atrás quedaron los veranos de las prohibiciones para dar paso a la normalidad que un día se esfumó.
Es cierto que todos, en algún momento dado, nos hemos quejado de calor, porque veranos como éste nos los hemos conocido. Unos lo achacarán al cambio climático y otros, simplemente, nos adaptaremos a las circunstancias con unos buenos baños en la playa, en la piscina… tiraremos de granizados y de helados y así todo se lleva mejor. Ya vendrá el invierno para recordarnos estas temperaturas y estos calores. Todo llega, solo hay que darle tiempo al tiempo.
Y el tiempo, precisamente, es el que ha hecho que Leiva no pudiera actuar en Castellón. El viento de poniente no solo puso a prueba la resistencia de las personas a unos grados de más, sino que, por seguridad, canceló la que iba a ser una noche mágica al lado del Mediterráneo. Hubo quien se quedó con muchas ganas de cantar todos sus temas, pero ya sabemos que en la vida hay que ir “partido a partido”. Una canción que une muchos sentimientos y a muchos aficionados al deporte rey.
Un deporte rey que ha dado la bienvenida a otra temporada más. La Liga ha comenzado mientras media España está ociosa y todavía no quiere saber si su equipo gana o pierde. Como hay que ir “partido a partido”, de reojo puedo estar pendiente de lo que hacen los de Simeone aunque, es cierto, que de momento esas rayas torcidas solo las puedo asimilar con el vaivén de las olas del mar. Ese mar que lo cura todo, que te hace soñar despierto, que te llena de ilusión, que te inspira a mirar hacia delante y sobre todo, que te despeja la mente dejando atrás los malos momentos. No siempre es fácil desconectar y dejar la mente en blanco, pero a mí el sonido de las olas, su movimiento y contemplar desde la orilla el agua sin fin me ayuda y mucho. Eso sí, mis preferencias por Neptuno vienen de nacimiento, de quien me transmitió un sentimiento inexplicable hacia unos colores que siempre defenderé. No sé qué pensará desde el tercer anfiteatro cuando haya visto que las rayas nos han tocado torcidas este año… En fin, menos mal que en esta forma de vivir que muchos no pueden entender, ponemos en alza otros valores que están por encima del marketing, entre otras cosas.
De momento y teniendo muy presente el “ganar, ganar, ganar y volver a ganar” de mi Atleti, también tengo que “apurar, apurar y apurar” lo que me queda al lado del Mediterráneo. En la vida hay tiempo para todo, pero es cierto que cada cosa a su tiempo…