A mitad de la semana 

Por: Julián Chávez Trueba

La pluralidad y los pros en la UAEMex

En el ámbito universitario, particularmente en una institución como la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), el debate y la pluralidad no solo son deseables, sino necesarios. En días recientes, el activismo de los estudiantes de Rectoría que han decidido hacer paro de labores en defensa de sus derechos ha generado ecos significativos en nuestra sociedad. Lejos de ser un simple trámite legal, este acto simboliza una expresión de autonomía, un recordatorio de que la juventud no es solo espectadora, sino también protagonista de los cambios sociales y políticos que enfrenta nuestro estado y el país entero.

El contexto político que vivimos, con un cambio de cuadros tanto a nivel estatal como federal, ha puesto a prueba nuestras instituciones y su capacidad para adaptarse a los tiempos. En el Estado de México, la llegada de un nuevo grupo político a la administración estatal no solo representa una alternancia histórica, sino también una oportunidad para revisar las formas en que la ciudadanía y las instituciones interactúan. En este sentido, el ejercicio del paro de labores por parte de los estudiantes no debe interpretarse como un acto de rebelión sin fundamento, sino como un ejemplo de cómo la juventud ejerce su derecho a disentir y, al mismo tiempo, exigir el cumplimiento de sus garantías constitucionales.

La UAEMéx ha sido, desde sus orígenes, un reflejo del estado que la alberga: diversa, compleja y llena de retos. Si bien la política universitaria y la estatal han estado históricamente entrelazadas, es en estos momentos de transición donde resulta imprescindible que ambas esferas encuentren puntos de equilibrio. La pluralidad de voces dentro de Rectoría, así como la disposición de los estudiantes para cuestionar y exigir, deben ser vistas como un complemento necesario para la construcción de un proyecto educativo y político más democrático e incluyente.

Este dinamismo no es ajeno a los movimientos que han sacudido la política estatal. Con la entrada de nuevas fuerzas políticas, surgen también nuevas expectativas de transparencia, justicia y apertura. Los estudiantes que hacen paro no solo alzan la voz por sus propios intereses, sino que envían un mensaje más amplio: el cambio político debe ir acompañado de una transformación social donde las instituciones sean capaces de escuchar, dialogar y responder.

El desafío para quienes lideran tanto en Rectoría como en el gobierno estatal es enorme. Se requiere sensibilidad para reconocer que los movimientos estudiantiles no buscan desestabilizar, sino contribuir a una sociedad más plural y justa. Por ello, en lugar de rechazar estas manifestaciones, deberíamos tomarlas como una oportunidad para abrir el diálogo y fomentar la participación activa.

En un contexto donde la alternancia política a nivel estatal marca un hito, el ejercicio de derechos como el paro estudiantil se convierte en un termómetro de nuestra democracia. Que los jóvenes levanten la voz desde la UAEMéx no solo es alentador, sino también indispensable. Porque si queremos construir un futuro más equitativo, debemos empezar por garantizar que todas las voces sean escuchadas, desde las aulas hasta los palacios de gobierno.

Gran reto para la siguiente Rectora.