8 DE MARZO DE 2023

Daniel Valdez García

INTRODUCCION

En Nueva Cork el 8 de marzo de 1857 las trabajadoras de la “Textilera Cotton” realizaron una marcha para reclamar mejores pagas y reducción de horas de trabajo a 10 horas, como era el caso de los hombres. El dueño de la empresa ordenó que la encerraran en la fábrica muriendo 119 de ellas quemadas y otras por arma de fuego. El mismo día se realizó el funeral masivo y una marcha silenciosa que se volvió el símbolo de este movimiento. 

1.     ¡NADA QUÉ CELEBRAR!

El 8 de marzo (8M) no es una fecha para celebrar y mucho menos para felicitar, sino mucho qué reflexionar, porque la historia de la LUCHA DE LAS MUJERES está plagada de dolor y salpicada de la sangre de mujeres víctimas que han sido hasta criminalizadas por su forma de ser, vestir o conducirse en público.

En 1910 se declaró esta fecha como Día Internacional de la Mujer, que en México se formalizó con la ONU, mediante el siguiente enunciado: “La mujer es un miembro activo  y con plenos derechos, y a la vez parte importante para el desarrollo de los pueblos”. 85 años después de la tragedia en Norteamérica se han realizado hasta la fecha Cuatro Conferencias Mundiales de la Mujer por la ONU.

Las estadísticas actualmente responden las políticas gubernamentales en turno, pero la realidad de hogares donde las mujeres son violentadas, sojuzgadas y discriminadas es alarmante. Para el 2025 se espera que la mujer ocupe el 35% de los puestos de servicio público por su preparación y no sólo por políticas de equidad de género. Y en el plano del liderazgo mundial la expectativa es del 45% siguiendo la lógica de “unidad de propósito” y de ”unidad de acción” sin distinción de raza, género, lengua, religión, orientación política o situación económica o social.

2.     UN MUNDO DIVIDIDO

Muchas veces se habla de la polarización de la sociedad, del tejido social desgarrado, cuando la realidad es que el mundo está dividido. La mujer no termina de encontrar en los diversos espacios cordialidad, respeto y reconocimiento a su aporte y genialidad. Persisten los abusos en los ámbitos familiar, educativo, laboral, religioso y cultural. La discriminación y minusvalía siguen siendo el común denominador. Una palabra es la que debiera ser el punto de unión en todas las acciones que tienen que ver con toda mujer y con toda persona: RESPETO. Respeto para sí misma y respeto para todas ellas. Sin el respeto todas las iniciativas se quedan en los discursos, en los mensajes, en los escritos pero no pasa a mayores.

En mi caso como hombre estoy convencido de que ningún hombre puede ser feminista, pero tampoco puede dejar de ser realista, todos juntos como sociedad hemos de ser los principales educadores del respeto, cuidado y garantía de seguridad de toda mujer y a toda edad. Los mujeres no tiene por qué luchar contra nosotros los hombres, sino todos hemos de hacer frente al machismo que muchas veces está oculto en un soterrado feminismo de las madres que no quieren soltar el control de sus hijos y son incapaces de ser solidarias con su propio género. Esa es una de las principales divisiones a superar.

Este sencillo mensaje no es optimista ni pesimista, sino realista; eso hizo Jesucristo, a eso vino al mundo, a redimir a todo ser humano sin distinción, ni exclusivismos, ni exclusividades.  Su amor redentor es para todos.«Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero. Si alguien afirma: “Yo amo a Dios”, pero odia a su hermano (hermana), es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano (hermana), a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano (hermana)» (1 Juan 4, 19-20). Quien no ve hermanos y hermanas ve enemigos, contrincantes y adversarios y así es como no construye, sino que que destruye la unidad, cuya igualdad está en la dignidad y en los derechos, como afirmó Santo Tomás de Aquino.