TRINCHERA GLOBAL

La última intervención mexicana ante el Consejo de Seguridad

El pasado 09 de noviembre, tuvo lugar la asistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la ciudad de Nueva York, particularmente para presidir la sesión que en dicha fecha se enmarcó dentro de las actividades de dicho organismo en su 75° periodo ordinario, una actuación que ha generado múltiples comentarios de acuerdo al espectro político en el que se sitúan los analistas políticos (izquierda o derecha), algunos de estos sumamente voraces en una crítica sumamente destructiva y por el otro lado, la lisonja aventurada de aquellos que son cercanos al sistema o al gobierno en turno.
Sin embargo, haciendo un análisis objetivo del discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador ante la Asamblea del Consejo de Seguridad, creo que el balance es que se queda por debajo de la gran expectativa que generó su participación, aunque vale la pena destacar que hubo puntos favorables y otros que sin ser un rotundo fracaso, constituyen una oportunidad perdida para posicionar en la agenda pública de este organismo internacional algunos tópicos que hubieran valido la pena resaltar.
Dentro de los aspectos a resaltar, se encuentra la valerosa forma de llevar ante dicha tribuna, la crítica que desde hace décadas ha realizado respecto al sistema neoliberal, primero porque aunque en el espíritu mismo de la Carta de las Naciones Unidas y del sistema que conforman los países del mundo, se establece la independencia de este Organismo, la realidad es que al encontrarse ubicadas sus principales organismos en territorio norteamericano, suele acallarse cualquier crítica hacia el país de las barras y las estrellas, así como a la economía mercado, pilar fundamental de la hegemonía dentro del capitalismo, por lo que enmarcar a las políticas privatizadoras, la especulación económica y la existencia de los fondos de inversión que de forma usurera empobrecen a los países, fue una forma de posicionar claramente la oposición de México a una política económica que comenzó a practicarse en México desde la mitad de los años 80’s del pasado siglo XX, frente a la actual social democracia en fase de prueba que priva actualmente.
Asimismo, destaca la sensibilidad del presidente de México al abordar a temas como la migración que actualmente aqueja a todo el mundo, propiciada en gran medida no sólo por las condicionantes económicas de los pueblos, sino también por conflictos armados, desastres naturales o delincuencia organizada, por citar algunos, intervención que expuso las condiciones de miseria que prevalecen en múltiples rincones del orbe, en los que existen personas que diariamente sobreviven con menos de dos dólares al día.
Otro aspecto que se resaltó en la intervención del presidente López Obrador, fue el llamado a combatir la corrupción, un tema que no sólo ha golpeado históricamente a América Latina, sino que cobra especial interés en tiempos en los que los escándalos por la presunta fuga de capitales públicos hacia paraísos fiscales ha dominado la escena política durante los últimos meses, desde la publicación de los denominados Pandora Papers, que se suman a los que años atrás se hicieran públicos en Panamá.
No obstante, pese a la efusividad reconocida en sus discursos por parte del presidente, en los que suele acompañar de anécdotas, metáforas y de un amplio sentido nacionalista y latinoamericano, también debe reconocerse que su mensaje tuvo algunos aspectos que dejaron mucho que desear, el primero de ellos sería la autopromoción que dio de planes y programas que México se encuentra realizando en territorio nacional como el sembrando vida, sin que haya dado datos duros que puedan ser contrastados vía los mecanismos legales e institucionales de transparencia, para poder afirmar su “éxito”.
Otra afirmación aventurada, fue aquella en la que se expuso que México ha concretado una especie de renovación de la vida pública nacional, cuando al día de hoy continúan surgiendo escándalos de desvío de recursos económicos dentro del territorio de las entidades federativas, así como el dispendio frívolo de ciertos actores públicos, pese a la existencia de una directriz administrativa de cuidado y contención en el gasto público.
Bajo esta tónica, pese a ser sumamente loable la propuesta de la conformación de un sistema de fraternidad universal, pensado como programa que emule las acciones políticas de asistencialismo social implementadas por el actual gobierno federal, parece una ocurrencia bienintencionada y nada más, sobre todo al carecer al menos en el discurso de una construcción lógica, administrativa, de control y sobre todo financiera, que haga factible dicho programa, sin embargo, no puede desdeñarse totalmente sin antes analizar el documento con la propuesta específica que habrá de emitir la Secretaría de Relaciones Exteriores, de acuerdo a los dichos del canciller Marcelo Ebrard.
Finalmente, el uso de una retórica que ya es conocida dejó un pequeño grado de insatisfacción, habiendo perdido la oportunidad de profundizar en temas como el calentamiento global, la proliferación de las drogas químicas como el fentanilo y las metanfetaminas generadoras de narcotráfico, la intervención norteamericana en países latinoamericanos y del Caribe, así como la intervención rusa en Ucrania o de China en Taiwán, son temas que le hubieran dado la talla de estadista mundial más que de mandatario.
Twitter: @EdgarMaPe