Universidades y grupos políticos, la sutileza en su relación

Si nuestros gobernantes fallan, si el sistema de impartición de justicia falla, si el ejercicio de nuestros derechos se convierte en algo ilusorio y existe una percepción no solo generalizada, sino también justificada donde el Estado nos ha quedado a deber ¿Qué nos queda? ¿Dónde podemos encontrar una alternativa de cambio? una posible respuesta puede ser la educación.
De manera particular quiero hablar de la educación superior, considerada motor de cambio y de movilidad social, la cual ha permitido que en el caso de nuestro país, muchos jóvenes y sus familias puedan mejorar sus condiciones de vida al acceder a este tipo de formación que tiene como uno de sus fines, el dotar de habilidades y capacidades para insertarse al mercado laboral de manera exitosa, y percibir mayores ingresos, hasta aquí se acaba la parte romántica del tema.
No es sorpresa que las Universidades públicas se han visto envueltas en escándalos monumentales que han llevado a las mismas a una pérdida de confianza por parte de la sociedad, y para muestra el conocido y vergonzoso caso de “la estafa maestra”, sombra que arrastran las universidades involucradas en el desvió de recursos, donde a pesar de las investigaciones y de contar con nombre y apellido de los responsables, no en todos los casos existe castigo, por el contrario, parece premiarse con otro tipo de cargos públicos, y de ser parte de una estafa maestra, pasan a ser defensores de Derechos Humanos, buen mensaje de justicia para la sociedad y los universitarios.
En esta ocasión toca el turno de la Universidad de Guadalajara (UdeG), quien participó en la elaboración de un documental sobre el tema de populismo, destinando un millón 450 mil pesos, esto, junto a la “Editorial Clío”, quien de acuerdo con documentos oficiales, aportó a la investigación, el guion, realización, levantamiento de imagen, edición, musicalización, postproducción, locución etc.
Casi un millón y medio de pesos de una de las partes, la otra aporta la investigación, para algunos cuestionado y para otros puede ser lo justo, algo equitativo. El “problema” es que la “Editorial Clío”, pertenece al historiador Enrique Krauze, quien abiertamente es uno de los principales detractores del presidente López Obrador, y la temática versa en lo que consideraron una “ponderación crítica” del actual Gobierno.
Cabe señalar que el material de donde se extrae la información de este documental, corresponde a las ponencias de un foro realizado en la Universidad de Guadalajara en 2019, a medio año del inicio del actual gobierno, donde asistieron personalidades como: el director de la revista Nexos, Héctor Aguilar Camín, el exconsejero electoral José Woldemberg, José Ramón Cossío, Héctor de Mauleón, Roger Bartra, Ana Laura Magaloni, Valeria Moy, Jorge Castañeda, Federico Reyes Heroles, entre otros.
No es nuevo que algunos de estos personajes se agrupen para este tipo de acciones, lo que llama la atención y no precisamente de manera favorable, es que la Universidad de Guadalajara se preste a este tipo de golpeteos políticos. No obstante, hay algo más de fondo, ya que de acuerdo con la investigación realizada por el periodista Álvaro Delgado, quien está detrás de este convenio de colaboración es el exrector de la Universidad, Raúl Padilla López, que al pasar de los años sigue teniendo gran injerencia dentro de esta Universidad.
Lo que revela este hecho es el nivel de vinculación que existe entre los grupos políticos y académicos, donde las Universidades públicas son utilizadas como el “trampolín” de acceso a otros cargos públicos y como un ejemplo de tantos, el personaje referido, quien controla la UdeG desde hace más de tres décadas, coordinador de cultura de la campaña de Ricardo Anaya en 2018 y ahora creó su propio partido político en Jalisco denominado Hagamos, sin dejar de lado que la clave para entender quién preside eventos culturales como la FIL Guadalajara y el Festival Internacional de Cine, también pasan por este personaje.
Es necesario recuperar nuestras instituciones, las Universidades públicas han sido semilleros de hombres y mujeres que han comprendido la función social de la educación, la cual es y seguirá siendo la mejor inversión de toda sociedad que aspire a ser mejor, y si bien la educación no resolverá todo, sin educación no se resolverá nada.