EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 14 mayo, 2019
- Columnas
- 0 Comments
Siempre he navegado con aquél adagio que dicta: cuando te toca, ni aunque te quites, y cuando no te toca, ni aunque te pongas…y vaya manera de enfrentarlo en el mundo deportivo, que dicho sea de paso también es muy recurrente y en cualquier ámbito.
Viene a mi mente aquella imagen de la televisión turca, de noviembre del año pasado, cuando en plena faena laboral, el comentarista deportivo Sukru Oytan, de 69 años, sufrió un ataque al corazón durante la emisión de un programa del canal 26, en la provincia turca de Eskisehir. Él estaba trabajando, en vivo, comentando un partido de fútbol de la superliga de Turquía, cuando de repente se detuvo y cayó de la silla desvanecido. En ese momento en el foro eran dos los comentaristas y Guyen Sabaz, compañero de Oytan se levantó para atender la emergencia. Obviamente la televisión hizo una pausa para atender el infortunio momento de angustia, tensión, dolor y esa gama que aglutina en un santiamén las emociones descoyuntadas. Aquello fue, con la salvedad del incidente como tal, una verdadera situación caótica que fue atendida y que no pasó a mayores porque se realizaron las acciones de protocolo para tal efecto. Días después se habría dado a conocer que a Oytan, se le había colocado un marcapasos debido a una arritmia tan solo diez días antes del suceso que se vio en la televisión. Aquella pudo haber sido una tragedia…
“Sabemos que subimos al ring pero no sabemos si vamos a bajar”, frase del gladiador Máscara Año 2000 que quedó eternizada en el pancracio. Una vez más, vaya forma de mostrárnoslo. Apenas este sábado, César González Barrón, a)Silver King, falleció durante una función en Londres, Inglaterra, mientras se enfrentaba ante Juventud Guerrera. Un infarto fulminante le arrebató la vida, haciendo lo que amaba. Quedan en lo más profundo del pensamiento y sentimiento muchas preguntas, unas sin resolver y otras, con un misterioso dejo de impotencia y con la incapacidad de entenderlas.
Estos casos acá presentados tan solo son aquellos que se han visto en las pantallas de televisión y que son sinónimo de duelo, de dolor y recuerdo permanente. Cierto es que el camino hacia a la eternidad todos lo emprendemos de alguna u otra forma. En el caso del atleta, debe quedar claro que actuó conforme a su procedencia, su pasión y su amor inmenso a lo que hacía. Si hubo negligencia de algún tipo ya se dará a conocer y se deslindarán las respectivas responsabilidades. Ahora bien, si bien es cierto que existen los altos riegos en la mayoría de las diversas disciplinas deportivas, nadie desea que haya decesos y mucho menos en la práctica de la actividad física. Una vez más se enluta el mundo del deporte, y nos debe poner a pensar hasta dónde son válidos los exámenes médicos, sí los carnets de afiliación son vigentes, si la condición físico-atlética es la idónea, etcétera, porque me queda claro que por más espectáculo que haya en el mundo entero, jamás será gratificante dar una noticia de una muerte.
Por hoy, a pesar de que el show debe continuar, no hay más Valle deportivo.
Pásenla bien!!!