EL VALLE DEPORTIVO
- Pedro Eric Fuentes López
- 3 mayo, 2022
- Columnas
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“Creo que la curación más eficaz de la sordera no es la medicina., ni los aparatos mecánicos ni electrónicos… sino la comprensión. Pero antes de poder desarrollar la comprensión, hay que crear la conciencia” Jack Cannon
Una de las grandes ilusiones y ambiciones que llegan a tener los atletas y/o deportistas, es la de representar a su país en una justa mundialista, en unos Juegos Olímpicos, o bien en competencias de alta envergadura y más aún si son el extranjero es un plus y una motivación fulminante capaz de acelerar las emociones a tope para ellos mismos, sus familias, amistades, grupos, etcétera. El tema no pasa desapercibido cuando se anuncia la integración de diversas representatividades a distintas participaciones, pero muchas veces tan solo se quedan para unos cuantos, porque no existe mucha difusión, ni promoción y menos un fomento adecuado, salvo que los integrantes de algún sector lo hagan propio y externo al mismo tiempo. Ahora mismo tal es el caso de deportistas de élite, quienes dedican su esfuerzo y capacidad para obtener resultados que les abrace la vida misma, que les rinda frutos en alegría y satisfacción, que les conceda la voluntad necesaria para seguir adelante a pesar de las adversidades, que éstas mismas no fueron, no sin ni serán impedimento alguno para lograr sus objetivos.
Resulta que estamos muy mal acostumbrados a que solamente sabemos más de ciertas disciplinas deportivas y de pronto no le brindamos la atención necesaria a otras tantas; adicionalmente, dejamos de lado competencias de alto nivel porque no nos interesa o porque simplemente no tiene nada que ver con una pelota y eso es fatídicamente insoportable -al menos para mí- porque la diversidad nos obliga, solidariamente, a dar conocer ¡todo! y hoy en día resulta que hay elementos para hacerlo, pero para esto, también es imperante hacer una explicación. Los atletas y/o deportistas “convencionales” cuentan y tienen muy definidos sus torneos, campeonatos, juegos, reuniones, o como le quieran llamar; de hecho, hasta como que estamos “acostumbrados” a ellos, pero resulta que también está el deporte adaptado y sus referencias, incluso creciendo cada día más. Empero, de igual manera el abanico de opciones se abre para todo mundo, para todo aquel que, con tan solo el corazón, la mentalidad y las ganas de querer sobresalir, se lanzan en busca de un sitio en la historia. El caso para muchos pasa de menor calidad y deberían comenzar a resarcir eso porque la Cultura Física y el Deporte como ejes rectores de la actividad física, no distingue raza, credos, creencias, ni condiciones sociales y mucho menos las llamadas pseudo limitaciones.
Ahora mismo se están llevando al cabo -del 1 al 15 de mayo- los XXIV Juegos Sordolímpicos Caxias do Sul, Brasil, donde los deportistas de élite sordos o con pérdida auditiva hacen su competencia olímpica propia y México participa con una delegación de 45 atletas en seis disciplinas: atletismo, judo, karate, taekwondo, voleibol y por primera vez para el país, futbol, estos juegos son de corte oficial y también se realizan cada 4 años, y para poder intervenir, los atletas deben tener una pérdida auditiva de, mínimo, 55 db en su mejor oído -Hipoacusia moderada de 1º grado, cuando la discapacidad se encuentra entre 41 y 55 dB. En este caso el uso de audífonos proporciona muy buenos resultados. Hipoacusia moderada de 2º grado, cuando la discapacidad se encuentra entre 56 y 70 dB, siendo imprescindible el uso de prótesis auditivas- con esto, las personas sordas acceden a deportes de alta competición, por lo que la sordera o pérdida auditiva no impide nadar, ni correr, ni jugar basquetbol, ni futbol, entre otros. Lo único que existe es una necesidad de comunicación especial ya que, obviamente, no pueden ser guiados por el sonido. Nada más.
Ahondando en el tema, me atrajo mucho la atención de que en las soluciones técnicas para ellos, como son los implantes cocleares, los audífonos y otros, no están autorizados en las actividades de las Sordolimpiadas, ya que el objetivo de esta medida es colocar a todos los atletas en el mismo nivel en un evento totalmente accesible para ellos, ya que toda la información está escrita, es prioritariamente visual y siempre, además, con intérprete de Lengua de Signos, que dicho sea de paso, las señales son visuales y ni el silbato en el fútbol, ni la pistola de arranque, sirven para este tipo de evento y otros de igual condición. En el fútbol, por ejemplo, el árbitro ondea una bandera, en la pista, los corredores son guiados por luces, en natación, hay un semáforo por carril que indica la salida y los espectadores en las gradas, agitan ambas manos en lugar de aplaudir.
Conclusión: el amor al deporte como característica fundamental para mejorar y tener una mejor calidad de vida, no está supeditada a limitaciones físicas, intelectuales, y de otra índole, porque para todo momento, lugar y hora, existe una actividad que pueda salvarnos la vida, en este caso en comento, aunque no se escuche nada…
Pásenla bien!!