POLÍTICA AMBIENTAL
- Luis Eduardo Mejia Pedrero
- 22 abril, 2019
- Columnas
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Considero que los seres humanos y más aquellos que hemos sido criados bajo una idiosincrasia latina, somos proclives a las celebraciones o conmemoraciones, dado que en parte atienden nuestro espíritu gregario pero a la vez fomentan cierta unión, vínculo, adhesión o solidaridad al tener conocimiento del motivo del festejo. Este fenómeno también se presenta en otras sociedades del occidente y desde luego que en el oriente. Lo anterior aplica tanto para la política como para las religiones. Basta ver en nuestro país, la gran cantidad de celebraciones por eventos que han marcado la historia. Celebramos la Independencia, la Revolución, Batalla del 5 de mayo, etc.
Quizá por eso, la Organización de las Naciones Unidas ha utilizado la creación de “Días Mundiales” o “Días Internacionales” con acuerdos del pleno de su asamblea para destacar hechos o acciones que no deben de desaparecer de la memoria del colectivo. Esta forma de actuar es respaldada por pensadores como Michel Foucault o Max Weber, quienes en sus obras describen el quehacer político en nuestras sociedades actuales.
Sin embargo, debemos detenernos para reflexionar sobre la efectividad de conmemorar a diario, no uno, sino varios “Días Internacionales” pues son tantas las intenciones de crear conciencia en los habitantes del planeta que los trecientos sesenta y cinco días del año no son suficientes.
En materia ambiental pasaron el Día Mundial del Agua o el Día de la Tierra, vienen el Día de Árbol y el Día Mundial del Medio Ambiente. Tanto la ciudadanía como el gobierno cumplen lo descrito por Foucault y Weber, pero hasta ahí.
“No gastemos la pólvora en infiernitos”. La política ambiental en nuestro país requiere más que ceremonias, concursos y discursos que pueden llegar a ser solo un teatro mal montado. La política ambiental requiere de la asignación urgente de presupuestos para frenar el deterioro ambiental y caótico en el que ya estamos inmersos. La mejor celebración que puede haber es un presupuesto asignado pero sobre todo ejercido cumpliendo las políticas públicas para mejorar nuestro entorno.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
¿Conoces el presupuesto para acciones ambientales de los gobiernos federal, estatal o de tu municipio? ¿Conoces los mecanismos o las bases sobre cómo se asignan los montos a las diferentes partidas presupuestales?
Te invito a que seas un ciudadano informado. Consulta el Diario Oficial de la Federación, la Gaceta de Gobierno, los sitios de Internet de las dependencias del sector ambiental y desde luego de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público.
Como alguna vez le escuche a una secretaria: “no seamos celosos de la honra pero desobligados del gasto”
Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Twitter @cuencalerma o por Facebook