Qué ironía…
- Julián Chávez Trueba
- 9 marzo, 2022
- Columnas
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Vivimos una época muy interesante, llena de retos, de desafíos, de sucesos históricos que enmarcan nuestra cultura y experiencia. Las personas que han nacido un poco antes que nosotros tuvieron la fortuna de maravillarse con la expansión de nuestra tecnología. Muchos vivieron el estudiar y leer con velas en la noche, a pasar sus últimos días comunicándose con sus seres queridos en la lejanía, mediante una videollamada a todo color.
Ahora nos toca maravillarnos con la hiperconectividad, tener múltiples formas de interactuar, ya sea mediante una llamada, mensajes instantáneos, correo electrónico, post con fotos, videos, con listas musicales, con gestos y guiños electrónicos, con videollamadas y hasta con videojuegos que simulan otra vida y otro mundo.
Con tal interacción, el mundo nos pidió un poco más de calma, nos solicitó una pausa, una pequeña era de reflexión, de recogimiento, de introspección, de estar en casa y disfrutar (a fuerzas) esas cuatro paredes.
Con esto muchos entendimos que debemos valorar la cercanía, el poder abrazar y tocar, el poder convivir con cercanía, un poco a esa idea hippie que nos hace ponderar la ecología y el medio ambiente por encima de nuestros intereses económicos. Dejamos pues, a un lado, la idea deestar solos porque somos un cúmulo de seres conectados y que debemos pensar de manera global, con idea de paz, de correlación y corresponsabilidad.
Podemos decir que es una terrible sorpresa la Guerra en Ucrania, donde se mueren diariamente personas por violencia, por una persona que ordena algo y otros cumplen. ¿Qué pasaría si los que ordenan la guerra, estuvieran al frente de ella? Qué calamidad que orillados o no, se detonen conflictos por encima del diálogo y de la supuesta hipercomunicación que tenemos. Qué pena que en otras latitudes no comprendan lo que nos dice el mundo, nuestra era.
Pero, ¿por qué sorprendernos? si aquí en México estamos peor. Acabamos de vivir una batalla en un campo de batalla formado por uno de los deportes más sublimes y populares. Hicimos de un campo de futbol, un coliseo de violencia y sangre. Eso sin hablar de los asesinados, de los muertos diarios, de los desaparecidos y de tanto feminicidio.
No escuchamos bien, no hemos sido diligentes con las peticiones o los retos a los que nos estamos enfrentado como humanidad.
El mundo nos está solicitando un cambio, la era nos está pidiendo transformar el paradigma y no somos inteligentes, no nos estamos adaptando; y no me refiero a aquellos que hacen la guerra, me refiero a nosotros que en esta interconectividad global, tenemos responsabilidad, porque se nota cuando dejamos a perros amarrados, cuando le quitamos las patas a un insecto por diversión, cuando golpeamos a un semejante por imposición o cuando nos dejamos llevar por el fanatismo, la ignorancia o la hipocresía.
En algunos de nosotros permeara esta idea y con esas mentes reflexivas estaremos haciendo lo nuestro, nuestro granito; y no se trata solo de ser “peace and love”, mandando todo a un arcoíris, sino entender nuestro espacio, nuestro momento y nuestro lugar en el universo, con decisión, sin arrogancia ni flaquezas, con responsabilidad y reconocimiento.
Saludos a todos aquellos que buscan y encuentran.